La directora Lynne Ramsay (You Were Never Really Here, We Need to Talk About Kevin) regresa con una película sofocante, un descenso directo al abismo de la maternidad y la mente: con base en la novela homónima de Ariana Harwicz, Mátame, amor transforma la depresión posparto en una pesadilla sensorial y erótica, un grito visceral que toma cuerpo en la actuación más radical de Jennifer Lawrence.
Desde su primera escena, con Lawrence reptando entre la hierba con un cuchillo mientras su hijo llora en un porche cercano, Ramsay deja claro que no busca explicaciones ni diagnósticos. Quiere que el espectador sienta el vértigo de perder el control.
Grace y Jackson (Robert Pattinson) se mudan a una casa heredada en el campo, un espacio lleno de grietas donde pronto nace su hijo y todo se desborda.
La realizadora, maestra del sonido, convierte el llanto del bebé, los ladridos del perro y la música infantil en una sinfonía insoportable que perfora la mente de su protagonista.
Jackson viaja por trabajo, o eso dice, y la soledad empuja a Grace a un estado febril. Ronda la casa con un cuchillo, se desnuda, se masturba, baila, grita. No odia a su hijo; lo ama con una intensidad que la devora. Es el mundo lo que no soporta.
Ramsay y su editora, Toni Froschhammer, construyen una película que respira al ritmo del delirio. Cada plano, fotografiado con brutal belleza por Seamus McGarvey, oscila entre lo real y lo alucinatorio. La presencia de secundarios como Sissy Spacek y Nick Nolte aporta una pátina de ternura impotente, incapaz de contener el derrumbe.
En medio de ese caos Lawrence entrega una interpretación monumental: feroz, física, impredecible. Su cuerpo, ahora más terrenal, se convierte en campo de batalla entre deseo y agotamiento, entre vida y autodestrucción.
Mátame, amor podría haber sido otro drama sobre la maternidad o la salud mental, pero Ramsay lo lleva más lejos. Con humor negro y una energía casi musical, la directora rechaza cualquier mirada compasiva o clínica. Nos arrastra junto a Grace, sin red, hacia un territorio donde el amor y la locura son la misma fuerza. La película no busca redimir ni explicar, sino abrazar lo insoportable, hacer visible lo que se calla. En ese gesto feroz encuentra una belleza devastadora: la del cuerpo que sobrevive al deseo, la del grito que se vuelve arte.
En breve
Título: Mátame, amor
Dirección: Lynne Ramsay.
Elenco: Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, Sissy Spacek, Nick Nolte, LaKeith Stanfield.
Lo más destacado: Adaptación feroz de la novela de Ariana Harwicz; Jennifer Lawrence en su papel más visceral y vulnerable; diseño sonoro y montaje que traducen la locura en experiencia sensorial; Ramsay convierte la depresión posparto en una ópera punk de deseo y rabia.
Veredicto: Una película incómoda y magnética, donde la maternidad se vuelve trance y la razón, una cuerda que se tensa hasta romperse.

