MINIMANUAL DE ESCRITURA (10)

“Quiero recomendar algunos libros”.

Mónica Soto Icaza
Columnas
MINIMANUAL DE ESCRITURA

Cada semana recibo, por lo menos, un correo electrónico o un mensaje directo preguntándome consejos de escritura. Esa fue una de las principales razones por las que inicié, hace diez quincenas ya, este Minimanual de escritura como una aportación a quienes desean dedicarse a este oficio de gestar personajes que vivan historias dentro de múltiples estructuras y con múltiples estilos.

Por eso en esta décima entrega quiero recomendar algunos de los libros —y consejos dentro de esos libros— que me han ayudado a comprender y comprenderme, a crear y crearme, a imaginar e imaginarme como autora.

Isaac Bashevis Singer, en Cuentos (Lumen, 2018). En este caso las citas no provienen de un manual de escritura, sino de la nota del autor al principio del libro, pero me parecieron imperdibles (Bashevis Singer escribió estas ideas en 1981):

“La literatura puede describir muy bien lo absurdo, pero nunca debe convertirse ella misma en absurda”.

“La ficción, en general, nunca debe volverse analítica. De hecho, el autor de ficción ni siquiera debe aventurarse en escarceos con la sicología y sus diversos ismos. La auténtica literatura informa a la vez que entretiene”.

“El arte, en su cima más alta, no puede ser más que un medio para olvidar por unos instantes el desastre humano”.

Stephen King, en Mientras escribo (Plaza & Janés, 2012):

“No hay ningún Depósito de Ideas, Central de Relatos o Isla de los Best Sellers Enterrados. Parece que las buenas ideas narrativas surjan de la nada, planeando hasta aterrizar en la cabeza del escritor: de repente se juntan dos ideas que no habían tenido ningún contacto y procrean algo nuevo. El trabajo del narrador no es encontrarlas, sino reconocerlas cuando aparecen”.

“Si hasta el más serio del mundo es capaz de follar como un loco (es más: puede perder la cabeza en el torbellino del acto), ¿por qué a un escritor no puede írsele la olla y seguir siendo una persona cuerda?”

“La idea de que la creación y las sustancias sicotrópicas vayan de la mano es uno de los grandes mitos de nuestra época, tanto a nivel intelectual como de cultura popular”.

Un mundo imaginario

Natalie Goldberg, en El gozo de escribir (Editorial Sirio, 2016):

“Siéntate con las menores expectativas posibles; di ‘Soy libre de escribir una auténtica basura’. Tienes que darte la posibilidad de escribir mucho y sin ningún objetivo”.

“La práctica es lo que te da agilidad a la hora de escribir. Es igual de necesaria que para un bailarín los ejercicios de calentamiento antes de salir a bailar o para una atleta los estiramientos antes de una carrera”.

“William Carlos Williams le dijo a Allen Ginsberg: ‘Si en un poema hay un solo verso que tiene energía, tacha todo lo demás y quédate con ese verso’. Ese verso es el poema. La poesía es portadora de vida, vehículo de vitalidad. Cada verso tiene que estar vivo. Esas son las partes que debes conservar de un escrito; deshazte del resto”.

Stephen Vizinczey, en Verdades y mentiras en la literatura, los diez mandamientos de un escritor (Hamish Hamilton Ltd, 2011):

“No dejes que nadie te diga que estás perdiendo tu tiempo cuando te quedas mirando hacia la nada. No hay otra manera de concebir un mundo imaginario”.

“Las modas literarias cambian tan rápido como el largo de las faldas. El único camino para no ser dejado atrás es ceñirte a ti mismo. Cualquiera que haya alguna vez tenido éxito en la literatura, lo hizo en sus propios términos”.

“Si Shakespeare no puede complacer a todo el mundo, ¿por qué deberías tú siquiera intentarlo?”