“NECESARIO PREVENIR LA VIOLENCIA DE GÉNERO”

Martha Mejía
Columnas
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Jéssica Carranza Lacroix, directora general de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), platica sobre la violencia de género y los derechos sexuales de las mujeres.

—¿Qué es Mexfam?

—Somos una asociación civil sin fines de lucro que tiene 57 años de trabajar en México. Surgimos con la intención de trabajar el tema de la planificación familiar como un derecho ligado a la persona, sin violencia y sin discriminación ya que en la década de los sesenta la tasa de la natalidad era muy alta, estamos hablando de siete a ocho hijos por familia en promedio. Esto tomando en cuenta que en las comunidades indígenas, de pobreza extrema o rurales el rol de la mujer siempre ha sido la reproductiva, casi seis décadas después te puedo decir que Mexfam tiene trabajo comunitario en zonas donde las mujeres y las niñas son vendidas desde que inician su vida reproductiva, y ni siquiera por dinero, muchas veces por aguardiente o por animales, esta es una situación de alta prioridad porque además aunque hay política pública, aunque hay acciones preventivas a nivel gobierno, lamentablemente los usos y costumbres locales han provocado que sean patrones de conducta actual heredados por generaciones atrás.

Por ejemplo, explica Carranza, “te hablo de la zona de la montaña de Guerrero, Chiapas, Oaxaca; específicamente en Guerrero. En el país el matrimonio infantil está prohibido, realmente no puede haber matrimonios legales sino desde los 18 años, pero hay un concepto que nosotros le llamamos uniones infantiles tempranas forzadas porque el uso y costumbre local da oportunidad a que las niñas y adolescentes son juntadas sin su consentimiento, y esto es un problema muy fuerte que hay que trabajar de forma integral, desde política pública con actores clave como Conapo, Secretaría de Educación, Secretaría de Salud, Inmujeres, Mexfam, etcétera. Por eso es importante hacer acciones preventivas.

—¿Cuál es su línea de acción en torno a la violencia de género?

—Lo que buscamos es prevenir. Tenemos toda una metodología basada en la educación, basada en la educación sexual, donde hacemos a las personas conocer sobre sus derechos, provocamos acciones de desarrollo humano que les ayuda al empoderamiento, al incremento de la autoestima. Al tomar la autonomía corporal y reproductiva, que las mujeres, las adolescentes y las niñas se den cuenta cuáles son sus derechos y que puedan ejercerlos de forma libre, sin violencia, sin discriminación.

Asegura que “tenemos programas productivos donde les damos opciones a las personas para que la violencia doméstica no sea un factor que coadyuve al no autocuidado en la salud”.

—¿Cómo lograr un autocuidado?

—Se cree que el tema de la violencia física es el principal, pero no es cierto, la violencia más predominante es la sicológica, emocional y afectiva; por supuesto que también existe la violencia sexual y la económica, ligada al control que permite que las mujeres no puedan ejercer esa libertad de autonomía en su cuerpo, tomar decisiones sobre su familia, romper estos ciclos de violencia, estos patrones de conducta heredados por generaciones y además provocar un autocuidado. Por ejemplo, en el tema de planificación familiar las mujeres no tienen el control de decidir sobre su método anticonceptivo; si quieren aplazar o no su embarazo o interrumpirlo si fuera el caso; decidir también sobre el tema de prevención de cánceres, porque ese es otro tema que trabajamos sobre las enfermedades asociadas a la salud sexual y la salud reproductiva, como el cáncer de mama.

Asegura Carranza que “hay que trabajar con ellas desde una cultura de confianza, de empoderamiento de su cuerpo, que se den cuenta que el autocuidado depende de ellas y que es la única manera de generar una cultura de la prevención para disminuir las altas tasas de mortalidad que aún existe en nuestros días”.