TLATELOLCO

“Nació y murió como quiso”.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
TLATELOLCO

No puedes sobrevivir si no conoces el pasado.

Oriana Fallaci

Oriana Fallaci fue una mujer que nació y murió como quiso. Es un referente de la mujer moderna. Fue una periodista, activista social y escritora italiana. Nació en Florencia el 29 de junio de 1929 y murió ahí mismo el 15 de septiembre de 2006. Escribió doce libros, llegando a vender en todo el mundo 20 millones de copias. Como periodista se volvió famosa porque entrevistó a los personajes más emblemáticos y famosos de la época.

Ella fue la mayor de cuatro hermanas: Paola, Neera y Elisabetta, la última, hija adoptiva de la familia Fallaci.

Oriana vivió la Italia fascista de Mussolini. Su padre, Edoardo, fue un activo partisano antifascista que coadyuvó a la formación de la joven. Ella también fue partisana en la Segunda Guerra Mundial. Participó activamente en la resistencia en contra de la ocupación nazi, por lo que vivió en primera persona los sucesos de la guerra. Su padre fue encarcelado y torturado por los alemanes. Ella realizaba el trabajo de llevar municiones de una parte a otra del Arno, por donde el río estaba más seco ya que los pinches nazis volaron todos los puentes. A los 14 años recibió un reconocimiento honorífico del ejército italiano.

Pasión periodística

Estudió medicina, pero su pasión era escribir y el periodismo. Con el tiempo, dejó la carrera y se dedicó de lleno al periodismo, en un periódico de inspiración cristiana. La corrieron por rijosa y por no querer escribir un artículo que le encomendó su jefe. Llegó a Milán y comenzó a trabajar en el semanario Época Mondadori, que era dirigido por su tío Bruno Fallaci. Él le dio los peores trabajos para que la gente no pensara que la favorecía. Fue corresponsal de guerra y viajó por todo el mundo. Estuvo siete veces en Vietnam. Ella criticaba por igual al Viet como a los comunistas y, sobre todo, a los intervencionistas de los gringos. Oriana también cubrió la muerte de Martin Luther King y de Robert Kennedy.

El 2 de octubre de 1968 estuvo presente en Tlatelolco, en vísperas de los Juegos Olímpicos. Le dieron un balazo y la creyeron muerta. De ahí la mandaron al mortuorio, donde un cura se dio cuenta que estaba viva y la salvó.

El 21 de agosto de 1973 entrevistó a Alexandros Panagoulis, quien era un poeta y disidente del régimen griego y acusado del intento de asesinato de G. Papadopoulos. Alexadros fue torturado y finalmente liberado (igual que el papá de Oriana). Ella lo conoció el mismo día de su liberación y quedó enamorada. Vivieron un tórrido romance hasta la muerte de él, en un supuesto accidente automovilístico, mientras era diputado, el 1 de mayo de 1975. Oriana fue la primera en denunciar la muerte del poeta y siempre lo consideró como un homicidio político. Ese evento marcó para siempre la vida de la escritora y la llevó a escribir, en 1979, su libro Un uomo (Un hombre), donde muestra un profundo amor por él.

Murió en su natal Florencia a los 77 años, después de padecer cáncer, y fue enterrada a petición suya en la Torre de Mannelli, mirando al río Arno desde el Ponte Vecchio.

Tlatelolco

Tristán caminaba en la Plaza de las Tres Culturas buscando una pista de un narcomenudista que estaba vendiendo marihuana a los chavos de la zona. Llevaba varios meses y ya estaba muy cerca de encontrarlo. En medio de la plaza unos jóvenes de entre 15 y 18 años jugaban una cascarita de futbol. Cuando Tris pasó, uno de ellos empujó a su contrincante, el muchacho reaccionó y empezaron los madrazos. Tris vio que, en medio de la trifulca, uno sacó un cuchillo. Antes de que pudiera hacer algo, Tris extrajo su .38 y disparó al aire. Los dos equipos se pusieron bajo tierra y Tris logró controlar la situación. El improvisado árbitro no daba crédito. Tris, con la pistola todavía en la mano, pidió que continuara el juego. El partido terminó y todos se fueron diluyendo por los edificios. Una vez más Tris acabó antes de que ocurriera un desastre.