Octubre es el Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama a nivel mundial. Concretamente, el 19 de octubre es el día que se ha establecido para generar conciencia sobre esta enfermedad. Desde 1990 se utiliza un listón rosa que conmemora y visibiliza la lucha y apoyo a las mujeres que enfrentan este padecimiento (mi madre, Conchita Alarcón, falleció a los 51 años, en 1982, por esta causa).
El también conocido como “Octubre Rosa” es un movimiento que arrancó en la década de 1980 en Estados Unidos por iniciativa de diversas organizaciones que comenzaron a destacar la relevancia de la detección temprana de este padecimiento. La autoexploración regular y las mamografías son herramientas básicas para librar la batalla.
Todo esto viene a cuento porque en el mundo de la música, y particularmente de la ópera, surgen tres nombres de sopranos que, lamentablemente, perdieron esa batalla contra el cáncer de mama y, en consecuencia, la vida.
Comencemos con Patricia Janecková, nacida el 18 de junio de 1998 en Alemania y de padres eslovacos que pronto se mudaron a Ostrava (ciudad localizada en la zona noreste de la República Checa). Desde los cuatro años comenzó con clases de canto, realizó su primer concierto cuando apenas tenía once y a los 16 resultó ganadora del concurso mundial de canto “Concorso Internazionale Musica Sacra de Roma”.
Recibió una beca para estudiar en la Academia Europea de la Música, en Arezzo. En 2015 debutó en dos escenarios de ópera eslovacos, haciendo Barbarina, de Las bodas de Fígaro, y Pamina, de La flauta mágica, ambas de Mozart. Fue una carrera vertiginosa. En 2017 ya cantaba Acis y Galatea, de Händel (una de mis predilectas), con el conjunto Collegium Marianum y luego con la Orquesta Sinfónica de Praga.
La Janecková concluyó su tan vertiginoso ritmo en febrero de 2022, cuando solo tenía 23 años, con estas palabras: “Con el corazón apesadumbrado tengo que dejar los escenarios por un tiempo y cancelar todos los conciertos para poder luchar y curarme del todo”. Este mensaje fue precedido por otros dirigidos a sus más de 30 mil seguidores en Instagram, en los que relataba cómo el cáncer de mama la estaba consumiendo a lo largo de 20 meses. La soprano eslovaca falleció el domingo 1 de octubre de 2023, a los 25 años. Murió rodeada de familiares, amigos y de su esposo, Vlastimil Burda, con quien acababa de contraer matrimonio en el mes de julio, después de varios años de relación. Desde el diagnóstico y hasta el último suspiro, él no se separó de ella.
Devos y Wall
Otro lamentable caso fue el de Jodie Devos, soprano de origen belga, considerada una de las mejores de su generación, quien falleció el 16 de junio de 2024, cuando solo tenía 35 años. Fue víctima, también, de cáncer de mama.
Estudió en el Institut de Musique et de Pédagogie de Namur y en la Royal Academy of Music de Londres. En 2014 ganó el segundo premio y el “premio del público” en el Concurso Reina Elisabeth de Bélgica.
Fue aclamada y desempeñó gran cantidad de papeles de óperas de Mozart, Rossini, Verdi, Offenbach y Donizetti —entre otros— con notable éxito.
Finalmente, el cáncer de mama también acabó con la carrera de la soprano canadiense Erin Wall, a la edad de 44 años. Estaba a punto de debutar en el Gran Teatre del Liceu, pero la pandemia del coronavirus lo impidió en marzo de 2020. Ella interpretaría el papel de Elsa de Bravante en la ópera Lohengrin, de Wagner.
En 2017 la canadiense participó en el Concierto de los Derechos Humanos de la ONU, que se celebra cada mes de octubre.
Y, precisamente, murió el 8 de octubre de 2020. Sí, en “Octubre Rosa”.