OXFAM Y MILEI

“Un empresario exitoso es un héroe”.

Sergio Sarmiento
Columnas
OXFAM MILEI

Oxfam, acrónimo de Oxford Committee for Famine Relief, es una organización internacional que se fundó en 1942 en el Reino Unido para combatir la pobreza. En los últimos años, ya convertida en un conglomerado multinacional de 21 instituciones, ha cambiado su enfoque. Ya no le preocupa tanto la pobreza sino la desigualdad. Su objetivo principal no es ya reducir la miseria sino evitar que haya personas muy ricas.

Desde hace años Oxfam tiene una relación con el Foro Económico Mundial (WEF), el cual muchos críticos dicen que es un centro de reuniones de multimillonarios que conspiran para aumentar su riqueza y empobrecer al mundo.

Todos los años Oxfam participa en el Foro de Davos, que publica y da difusión a los estudios de la organización para criticar la concentración de la riqueza y exigir aumentos de impuestos a los ricos.

La experiencia nos dice, sin embargo, que una cosa es la pobreza y otra muy distinta la desigualdad. La idea de que la riqueza es un juego de suma cero, en el que si se acumula una gran cantidad de un lado desaparece de otro, es simplemente falsa. La riqueza puede aumentar o reducirse. Cuando una sociedad tiene muchos multimillonarios suele también generar más riqueza para todos. Los pobres de una sociedad rica y desigual, como Estados Unidos, son más prósperos que la mayoría de los habitantes de países pobres, pero supuestamente iguales, como Cuba o Corea del Norte.

A pesar del apoyo del Foro a Oxfam y a las ideas de la igualdad, este 17 de enero el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, se presentó en una sesión plenaria que cimbró a muchos de los presentes y se volvió viral a nivel internacional. “Quienes promueven la justicia social —dijo— parten de la idea de que el conjunto de la economía es una torta que se puede repartir de manera distinta, pero esa torta no está dada: es riqueza que se va generando… El mercado es un proceso de descubrimiento… Si el Estado castiga al capitalista por tener éxito y lo bloquea en este proceso de descubrimiento, destruye sus incentivos y la consecuencia de eso es que se va a producir menos y la torta será más chica, generando perjuicio para el conjunto de la sociedad”.

Benefactores

Los empresarios de Davos, a quienes el propio Foro que financian ha criticado por ser ricos, se sintieron quizás inquietos inicialmente con un discurso contrario a lo que siempre se dice en este escenario. Muchos cuestionaron a Milei por defender la riqueza, denunciar los impuestos excesivos y descalificar la filosofía de justicia social que defienden organizaciones como Oxfam.

Pero quizás algunos, que saben lo difícil que es construir empresas prósperas, reflexionaron ante sus palabras: “El capitalista es un benefactor social que, lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe”.

Los empresarios de Davos no están acostumbrados a escuchar este tipo de opiniones. Durante décadas se les ha acusado de ser egoístas por ser exitosos; se les ha dicho que lo mejor que pueden hacer con su dinero es regalárselo a organizaciones como Oxfam para que estas lo repartan.

Milei llegó al WEF, sin embargo, a traerles otra visión. “No se dejen amedrentar ni por la casta política ni por los parásitos que viven del Estado”, les dijo. “Ustedes son benefactores sociales, ustedes son héroes. Ustedes son los creadores del periodo de prosperidad más extraordinario que jamás hayamos vivido. Que nadie les diga que su ambición es inmoral”.