Todo aquel que vive o ha vivido en pareja sabe que el otro es un enigma.
Delphine de Vigan
Cuando buscamos una relación de pareja lo más probable es que queramos encontrar a una persona que sea similar a nosotros; que tenga intereses similares; que piense parecido a nosotros y tal vez hasta que tenga personalidad semejante. ¿O me equivoco?
Con esta idea básica de entender si realmente buscamos a personas similares para entrar a una relación romántica Jessica De La Mare y Anthony Lee, investigadores en la Universidad de Stirling en Escocia, decidieron hacer un estudio para comprobar la teoría.
Para su investigación los expertos reunieron a 383 hombres y mujeres heterosexuales y les hicieron exámenes para medir en diversas escalas los cinco rasgos de la personalidad de cada uno (amabilidad, conciencia, neuroticismo, extraversión y apertura). Aparte de esto, cada participante tuvo que revisar 100 perfiles del sexo opuesto en simulaciones de aplicaciones para citas.
Los perfiles consistían en tener distintas fotografías emparejadas con descripciones personales y eran variados en cuanto a etnicidades. Estos perfiles en realidad eran ficticios, ya que se generaron por Inteligencia Artificial (IA).
Las descripciones fueron escritas para simular perfiles de personas reales, pero distintas de ellas destacaban los cinco rasgos de la personalidad. Por ejemplo, los perfiles de las personas extrovertidas tenían frases como “me gustan los parques temáticos y el año pasado me tiré de un paracaídas. Mándame un mensaje si buscas aventuras y experiencias interesantes”.
Después de leer y analizar los 100 perfiles los participantes indicaron con quiénes les gustaría emparejar y abrir un canal de comunicación.
Estabilidad
Aunque los investigadores esperaban que las personas más abiertas o extrovertidas hicieran más clic a varios perfiles, los análisis mostraron que las personalidades de los participantes no influían en el número de posibles parejas que elegían. En general, los participantes se inclinaron más por los perfiles que les resultaron más agradables y emocionalmente estables, así como los más introvertidos.
El equipo también observó que los participantes tendían a elegir a personas con personalidades similares a las suyas, pero solo para algunos de los cinco grandes rasgos. Los que tenían niveles más altos de amabilidad, apertura o extraversión, mostraron más probabilidades de coincidir con perfiles percibidos como más simpáticos, abiertos y extrovertidos, respectivamente.
Sin embargo, las personas no mostraron mucho interés hacia los perfiles que mostraban estabilidad emocional parecida a la suya. En cambio, la estabilidad emocional fue muy popular con todos los voluntarios.
Y esto tiene sentido porque de acuerdo con los investigadores la estabilidad emocional suele ser un rasgo deseable en una pareja, apreciado tanto por quienes no la poseen como por quienes sí.
Si bien este estudio tuvo solamente como muestra a personas heterosexuales, los investigadores también buscarán realizar otro tipo de estudios para entender cómo los rasgos de la personalidad se interponen o trabajan en conjunto para crear perfiles más atractivos y entender si este tipo de análisis cambiaría con base en el género de los participantes o en relaciones no heterosexuales.
¿Y tú qué rasgos buscas en una pareja?