LA POLÉMICA DEL NATURALIZADO

Cristopher Rivera
Columnas
POLÉMICA

Entiendo el malestar de los aficionados al futbol en nuestro país por la presencia de naturalizados en selección mexicana, pero la entiendo desde el punto de vista poblacional, es decir: no es posible que en un país como el nuestro, con más de 129 millones de personas, no se pueda conformar una selección de once jugadores verdaderamente talentosos.

Algo raro está pasando y en este sentido claro que resulta increíble que el entrenador de la selección nacional tenga que echar mano de un extranjero naturalizado mexicano para potencializar el talento de su equipo.

Por otro lado, si este fenómeno lo miramos desde el punto de vista “actual” es lo más normal del mundo, puesto que potencias mundiales en futbol como Francia, Alemania e Italia, entre otras, cuentan con una buena cantidad de extranjeros naturalizados en sus selecciones.

Claro, con la enorme diferencia de que estas naciones, con un índice poblacional muy inferior al de México, sí han sido capaces de desarrollar desde sus comunidades verdaderos cracks.

Lo cierto es que en nuestro futbol, a nivel de selección mayor, nunca ha sobrado el talento; por eso la necesidad en los últimos años de echar mano de naturalizados.

Hoy, por ejemplo, el colombiano Julián Quiñones parece haber sido el elegido para complementar el futbol del equipo nacional mexicano y le digo que ¡me parece una maravillosa decisión!

Características

Actualmente no hay un solo jugador nacido en nuestro país con el talento que tiene el ahora elemento del América. No encuentro a uno con su velocidad, facilidad de desmarque y virtudes con el balón en los pies que lo pueda igualar. De hecho, considero que un elemento como Quiñones no solo le vendría bien a la selección mexicana sino a otras selecciones.

Ojo, no estoy garantizando el éxito. Otra cosa será que Quiñones tenga los tamaños para responder y trasladar lo que ha hecho a nivel de clubes a la selección mexicana. Ya veremos si le alcanza o se queda corto.

De entrada, lo que sí le puedo decir también es que la gran mayoría de naturalizados mexicanos en el futbol han sido un fracaso, tomando en cuenta que antes se naturalizaba por naturalizar a un extranjero y por eso las cosas no llegaban a buen puerto en términos deportivos.

Ejemplos hay muchos. ¿Se acuerda de Gabriel Caballero? Fue un buen jugador, pero cuando le dieron la oportunidad para el Mundial de 2002 ya habían pasado sus mejores momentos y no funcionó.

¿Y qué me dice de Lucas Ayala? Un argentino de medio pelo que obtuvo la naturalización para ser convocado de manera increíble en la selección mexicana. Y así me puedo ir… ¡Varios osos con los famosos naturalizados!

El único que se comprometió y desquitó su llamado a la selección mexicana fue el brasileño Antonio Naelson, Sinha. Este jugador fue un crack y marcó absoluta diferencia en aquel equipo nacional que dirigía Ricardo Antonio La Volpe.

Entonces el punto es: si se va a ocupar a un extranjero, naturalizado mexicano, tiene que ser un verdadero avión, un crack, un elemento capaz de ser líder, de aportar en lo futbolístico y también fuera de la cancha como un elemento sin turbulencias. Con esas características, los naturalizados en selección mexicana son bienvenidos; de otra manera, se tendrán que quedar con las ganas.