MOHAMED, PRESIDENTE AURIAZUL

“Fue equivocada la manera como abordaron la renuncia de Mohamed”.

Cristopher Rivera
Columnas
MOHAMED

Alguna vez Pumas fue uno de esos equipos modelo del futbol mexicano: trabajaba como ningún otro. En la parte formativa era la institución que más demanda tenía entre los jóvenes, pero no solo eso: en el sector directivo también inspiraron a muchos gracias a decisiones congruentes y con equilibrio que permitieron construir la grandeza del club.

Pumas es un equipo especial. Su grandeza no necesariamente va a razón de los títulos de liga que ha obtenido, sino de su historia, de su linaje, de sus valores, de su comunidad universitaria, de su vieja escuela formadora de talentos y de aquellos ídolos que le dieron identidad en la cancha.

Sin embargo, hoy todo eso que ha construido a Pumas como una institución de gran nombre en el futbol mexicano se ha visto pisoteado gracias a que no existe una estructura directiva que sepa defender los cimientos, colores y el escudo del equipo. Para muestra, un botón: todo lo que derivó de la renuncia de Antonio Mohamed.

Si le soy honesto, creo que cualquier técnico tiene derecho a decidir si continúa o no con un proyecto, pero las formas importan y mucho. En este sentido considero que fue bastante indigna la forma en que Mohamed dejó su cargo en Pumas, aunque eso de alguna manera se puede entender porque siempre ha sido un entrenador de buenos resultados, pero con poco compromiso.

Lo que no debió haber ocurrido es que el propio Mohamed se ponga el traje de dirigente e imponga a su asistente como su sustituto, como nuevo técnico auriazul. Eso jamás lo debió permitir la directiva universitaria comandada hoy por el doctor Miguel Mejía Barón y por Raúl González, vicepresidente y presidente del Club Universidad Nacional, respectivamente.

¿Cómo un entrenador que deja botado un proyecto es capaz de decidir quién será su sucesor? ¡Es ridículo! En otros tiempos dentro del Club Universidad, sobre todo pensando en memoria del ingeniero Guillermo Aguilar Álvarez hijo, eso no hubiera ocurrido ni de broma. Ninguna persona, y menos si decide dar un paso al costado, puede decidir por encima de quienes deberían.

Fue equivocada la manera como abordaron la renuncia de Mohamed los actuales mandamases de Pumas. Por respeto a la institución, jugadores, afición y demás, debieron haber aceptado la renuncia del argentino sin aprobar su “plan maestro”.

Es importante resaltar que Gustavo Lema es el técnico que la directiva de Pumas le aceptó a Mohamed y no tiene antecedentes como primer entrenador, cosa que no importó en las oficinas de Cantera.

La solución, en casa

Era sencillo. La directiva de Pumas tiene en casa a entrenadores comprometidos y capaces de entender la responsabilidad que conlleva dirigir al equipo.

Solamente voy a dar dos nombres: Juan de Dios Ramírez Perales y Humberto González, dos técnicos jóvenes que hasta no hace mucho fueron campeones en categorías inferiores del Club Universidad y que bien pudieron sustituir al señor Mohamed. Pero en Pumas piensan distinto.