¿QUÉ MÁS FALTA EN LAS TENSIONES INTERNACIONALES?

“Convicciones religiosas, ideológicas y de identidad”.

Javier Oliva Posada
Columnas
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En primer lugar y de forma absoluta y predominante se encuentra la variable y condicionante de la invasión de Rusia a Ucrania. Iniciada y bautizada por Vladimir Putin como una “operación militar especial” el 24 de febrero de 2022, se ha prolongado contra todos los pronósticos, incluso los del mismo gobierno de Moscú.

A la fecha, rumbo a un escenario de indeseable prolongación, amenaza con involucrar factores no bélicos como son hambrunas, desde luego migraciones forzadas y la propensión a un realineamiento de los circuitos de intereses geopolíticos, cuyos efectos —se puede adelantar desde ahora— se prolongarán por décadas. No hay duda.

Con muy fuertes intereses agregados de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), desde luego los de potencias preponderantes y georregionales como la República Popular de China, Israel, Irán, India y Japón, entre otros, que también inciden en el desarrollo de una muy compleja red de pesos y contrapesos.

No podemos dejar fuera del enfoque a El Vaticano, así como a diversas etnias identificadas con otras tantas religiones.

En fin, que no hay a la vista un vaticinio serio y consistente para avizorar un proceso de negociación o convocatoria que permita vislumbrar un ápice para iniciar negociaciones de paz, ni mucho menos.

Estados Unidos

Otro factor perturbador, y no por tratarse del proceso democrático de una potencia preponderante, es decir EU, sino debido a la creciente polarización entre los candidatos, es el radicalismo identificado con algunas tendencias del Partido Republicano que amenazan con llevar a la práctica medidas xenófobas, racistas, excluyentes y sobre todo de un riesgoso aislacionismo en cuanto a las responsabilidades para la preservación de la paz.

En efecto, la asunción de posturas de enclaustramiento para evitar (lo imposible) los contactos y por tanto influencias de la dinámica internacional alimenta las visiones propias de quienes se asumen representantes designados por el destino para defender sus valores y principios.

Es incuestionable la relevancia que tiene el perfil de quien gobierna EU. Desde sus convicciones religiosas, desde luego las ideológicas y las de identidad con grupos o sectores de su sociedad.

De ahí que el ambiente bajo el cual se desarrolle la contienda por el voto y la victoria para ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca sea una prioridad local-mundial.

Por supuesto que para México, debido a una larga lista de razones, es algo que implica un referente en cuanto a la forma en que comercio, seguridad, turismo y otras actividades prioritarias para los dos países en buena medida se condicionarán a partir de ese perfil político ideológico del próximo presidente estadunidense.

Para el directo contexto geográfico de México, sin duda las oleadas de migrantes forzados son, como se sabe, un combustible ideal para las posiciones radicales y hasta supremacistas en el escenario político del país vecino del norte, pero también es un asunto que engloba a la agenda internacional.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), los gobiernos de los países de origen de las personas migrantes, las presiones sobre las autoridades de ambos lados de la frontera, así como la dinámica criminal que se desarrolla son otras variables que en la confluencia cronológica de las otras dos mencionadas requieren de un tratamiento y consideraciones cuidadosas.

Seguiremos con el tema.