La triste y lamentable gestión de Ana Gabriela Guevara en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) continúa; la buena noticia es que cada vez falta menos para que concluya.
Por supuesto que muchos ya levantaron la mano para hacerse cargo de uno de los organismos del deporte mexicano más dañados por la corrupción. Por ejemplo, Paola Espinosa en días pasados externó su deseo de dirigir la Conade; apeló a su conocimiento de causa del deporte y a su exitosa trayectoria como deportista en la disciplina de clavados.
Así, de primera intención, parece una buena candidata Espinosa para sustituir en la Conade a una de las funcionarias más señaladas de presunta corrupción en la historia del deporte mexicano como lo es Guevara, pero también tengo mis dudas: en realidad, no me parece una buena idea la candidatura y le digo por qué…
Espinosa y Guevara llevaban una relación maravillosa, se dedicaban flores mutuamente. Una veía a la otra como la mujer más competente, hasta que un día ambas se enfrascaron en un problema en el que aparentemente Paola quedó fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 por culpa de Ana Gabriela.
El punto fino de todo esto es que al parecer Espinosa quiere tomar el control de la Conade para desquitar todo su coraje en Guevara; para demostrarle que ella puede también pasarle por encima y que quizá le alcanza para llenar un asiento que hoy da risa.
Partiendo de esta base, también me parece sumamente abusivo que un deportista se candidatee para tomar un cargo que hoy corresponde a una gestión ridícula y poco exitosa, es decir, en la Conade la vara está muy baja, está en el piso, pero eso no quiere decir que cualquiera puede orquestar ahí. Aunque actualmente ocurre.
Un cargo público
No dudo que Espinosa conoce el deporte y sabe de las necesidades de los deportistas. No tengo la más mínima duda de eso; mi duda radica en si tiene el perfil correcto, porque el solo conocimiento de causa del entorno no te lo da, sino que también tienes que entender de qué se trata desarrollarse en un cargo público. A las pruebas me remito: ¿qué pasó con la gestión de Jesús Mena; o en la de Carlos Hermosillo; o en la de Guevara? Todos exdeportistas, pero sin experiencia en cargos públicos. Por eso cada uno carga con su dosis de fracaso (aunque el actual proceso va más allá de lo increíble).
Aquí se trata de forjarse un buen perfil, de ir preparándose correctamente en ámbitos como negocios, relaciones públicas con iniciativa privada, gestión de marca, entre otras herramientas que lo único que van a hacer es construir a un buen dirigente. En la Conade eso se necesita.
Un buen ejemplo de lo anterior (no lo estoy candidateando) y que creo ha forjado un buen perfil es Horacio de la Vega. Él también fue deportista de alto rendimiento, pero consciente de que no es suficiente en los cargos públicos se preparó y por eso dejó una gestión más que exitosa en el Instituto del Deporte de la Ciudad de México y ahora en el beisbol mexicano ha acumulado algunos buenos resultados.
Siempre he dicho que una persona bien preparada tendrá mayor capacidad de ejecutar de manera correcta sus funciones y en la Conade urgen personas competentes.