De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para 2020 solo 33% de los científicos eran mujeres. Además, una encuesta realizada por el British Council en 2022 reveló que por cada cuatro hombres solo una mujer trabajaba en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas en América Latina y el Caribe.
“El desafío es aún mayor cuando se lee desde la óptica de género”, señala Erika Bustos, recientemente galardonada con el Premio L’Oréal-UNESCO Para las Mujeres en la Ciencia.
“En muchas industrias, empresas públicas y privadas tienen contratos que aún indican que las vacantes solo están abiertas para los hombres. Uno espera que las organizaciones vean las capacidades, que reconozcan que hay mujeres profesionistas que tienen el mismo nivel académico y de conocimiento”, señala.
—¿Cómo comenzó su acercamiento a la ciencia?
—Desde pequeña me gusta conocer cómo funcionan las cosas. A mis muñecas siempre las abría y veía cómo funcionaban. Después, cuando estaba en la secundaria, me gustaron mucho los laboratorios, porque ahí es justamente donde se llevan los conceptos teóricos a la práctica. Por eso seleccioné la carrera de Ingeniería Ambiental. Posteriormente decidí trabajar más de dos años en la industria para definir qué estudiar a nivel posgrado y al final opté por una maestría en la Universidad de Guanajuato, un doctorado en el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ) y un postdoctorado en el CINVESTAV-IPN.
En 2012, , agrega “obtuve la Beca para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-UNESCO-AMC por un proyecto que proponía un tratamiento electroquímico para el suelo contaminado con elementos radioactivos. Recientemente esta misma iniciativa reconoció mi trayectoria como investigadora por mi línea de investigación en el desarrollo de superficies modificadas para la remoción y detección de contaminantes en aire, suelo y agua”.
Beneficios sociales
—Desde su óptica, ¿cuál es el reto para la visibilización de su trabajo?
—En el laboratorio desarrollamos desde ciencia básica hasta ciencia aplicada con el fin de tener proyectos macro que se traduzcan en un beneficio para la sociedad. No obstante, el gran desafío es lograr que estas propuestas sean reconocidas y utilizadas por las empresas e instituciones en México. Queremos que nuestros desarrollos sean socialmente apropiados y que nuestra tecnología compita en eficiencia y tamaño con la que se importa, y eso es posible.
En este sentido, dice Bustos, “el galardón que otorga L’Oreal ayuda mucho a divulgar la ciencia. Nos motiva a seguir formando científicas en tareas STEM. Nos están haciendo visibles como investigadoras y también es una gran responsabilidad. Las instituciones involucradas tienen que ver cómo las mujeres seguimos fomentando la ciencia, tecnología e innovación en las nuevas generaciones”.
—¿Cuál es la recomendación para las jóvenes que desean sumarse a las áreas STEAM?
—Que hagan lo que les hace ser felices; si te gusta hacer ciencia enfócate a ello; pero que no se queden en el laboratorio, sino llevar su investigación a la parte práctica, que sea realidad y que apoyemos la tecnología mexicana. Ciertamente habrá dificultades, pero sin duda estas se convertirán en retos que habrá que superar, así que vayan con todo.