FICTICIAS RELACIONES

“La brecha entre los vínculos ficticios y los reales puede ser más estrecha de lo que suponemos”.

Daniela Suárez
Columnas
RELACIONES FICTICIAS

En el fondo son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida.

Karl Wilhelm von Humboldt


¿Alguna vez te ha pasado que extrañas a los personajes cuando terminas un libro o una serie? Pareciera que de repente podríamos llegar a ver a estos personajes ficticios como personas cercanas o hasta como amigos. Y si es el caso, no te preocupes, no estás solo, pues resulta que cuando nos absorbe una historia podemos forjar vínculos emocionales con los personajes y hasta las creencias, comportamientos y actitudes de nuestros favoritos pueden influenciar los nuestros, además de darnos un sentido de pertenencia, indica un estudio.

Esta nueva investigación revela que la brecha entre los vínculos ficticios y los reales puede ser más estrecha de lo que suponemos. El trabajo, publicado recientemente, sugiere que las personas solitarias incluso piensan en sus personajes de ficción favoritos de forma similar a como lo hacen con sus amigos reales.

Timothy W. Broom, de la Universidad de Dartmouth, y Dylan D. Wagner, de la Universidad Estatal de Ohio, se dedicaron a estudiar a casi 20 adultos sanos y aficionados a la serie de televisión Juego de Tronos. Todos los participantes la veían y ya habían visto los 60 episodios anteriores.

Para el estudio los expertos eligieron a nueve personajes de la serie. Y antes del estudio cerebral cada participante utilizó escalas del cero al 100 para hacer una serie de valoraciones sobre juicios ante cada personaje, como lo familiar que les resultaba el personaje, lo cerca que se sentían de él o ella, lo parecido que era a ellos como persona, lo mucho que les gustaba el personaje, lo emocionalmente unidos que se sentían a este y, por último, hasta qué punto veían a ese personaje como un amigo.

Los participantes también identificaron a nueve amigos o conocidos reales con distintos grados de cercanía y les dieron las mismas puntuaciones en una escala de cero a 100. Los investigadores utilizaron resonancia magnética para hacer un estudio del cerebro de los participantes mientras les mostraban tanto los nombres de los personajes como los de sus amigos, así como de sí mismos. Cada nombre iba asociado con un rasgo como triste, confiable o inteligente.

Casi reales

Luego los participantes debían indicar si estos rasgos iban de acuerdo con los personajes, sus amigos y consigo mismos. En los participantes menos solitarios los investigadores observaron que había dos patrones distintos de actividad en el cortex prefrontal medio, uno cuando pensaban en personas reales y otro cuando pensaban en los personajes de Juego de Tronos.

Sin embargo, en los participantes más solitarios esta distinción era un tanto borrosa. De hecho, en algunos casos casi desaparecía. Aunque el patrón de actividad neuronal cuando un participante pensaba en sí mismo era más similar al observado cuando pensaba en un amigo, frente a un personaje de ficción esta diferencia también disminuía en los participantes más solitarios.

Esto sugiere que, a diferencia de las personas que se sienten satisfechas con sus conexiones sociales, las personas solitarias pueden estar incorporando más a las personas ficticias en su sentido de quiénes son.

Aunque pueda parecer que este fenómeno solo se da en los participantes más solitarios, no es así: tanto si un participante estaba particularmente solo como si no lo estaba, los análisis mostraron que cuando pensaban en su personaje favorito de la serie el patrón de actividad cerebral era muy similar al observado cuando pensaban en amigos reales. Esto sugiere que por muy solos que estemos, nuestros personajes favoritos normalmente nos parecen casi reales.

Y tú, ¿extrañas a tus personajes favoritos al terminar una serie o un libro?