LA RENDICIÓN EUROPEA

“Una situación estructural de indefensión”.

Situación estructural de indefensión Europa

Los editorialistas de la prensa internacional y mexicana se han dado un festín burlándose de Úrsula von der Leyen y asegurando que rindió la plaza de la Unión Europea (UE) ante Donald Trump de manera indigna en aras de conseguir un acuerdo comercial.

Resulta, por decir lo menos, extraño. No he leído ningún articulista que diga qué pudo haber hecho distinto doña Úrsula para obtener más concesiones de Estados Unidos o que la UE resultara menos perjudicada.

La realidad estructural es inobjetable. Los países europeos no disponían ni disponen ni dispondrán de margen de maniobra frente a Trump en el futuro inmediato. Tienen poblaciones envejecidas, economías estancadas, ejércitos insuficientes para enfrentar a Rusia y se han quedado definitivamente rezagados en la carrera tecnológica de nuestro tiempo: la Inteligencia Artificial (IA).

No disponen de ninguna ventaja comparativa para negociar con Estados Unidos. Si quieren su apoyo en algo, requieren ceder muchísimo en casi todo. Lo demás son alardes anticuados sobre soberanía, casi siempre de políticos franceses, marcados por un antiyanquismo casi tan elemental y pedestre como el de las izquierdas latinoamericanas.

La realidad es que todos pueden quejarse y lamentar lo que les hizo Trump, pero fueron los mismos países europeos quienes se colocaron en una situación de dependencia total frente a Estados Unidos en prácticamente todos los órdenes desde la Guerra Fría.

Ya había indicios alarmantes de esto al final de la Guerra Fría, pero no se actuó a tiempo para cuando menos aliviar los síntomas de esa dependencia integral.

Propuestas

Me parece que es un espejo revelador para México. Hay muchos comentaristas que no dejan de decir que México cede en todo frente a Trump y que Estados Unidos nos tiene sujetos de su puño. No obstante, si ni siquiera las otrora potencias europeas pueden hacer nada con el inquilino de la Casa Blanca, ¿qué se puede esperar de un país más débil en todos los aspectos y cuya dependencia se magnifica por la frontera compartida?

El caso mexicano es acaso más grave en términos de irresponsabilidad de nuestra parte. No hemos provisto a nuestra población de un sistema educativo medianamente serio y no somos competitivos en ninguna de las áreas que definirán la economía del siglo XXI. ¿Cómo entonces se espera que México le plante cara a Trump?

No es cuestión de este gobierno o cualquier otro, sino de una situación estructural de indefensión. Es preciso empezar a voltear más en dirección a los mares asiáticos. Nuestro ejemplo a seguir en el siglo XXI ya no podrán ser los europeos, sino que debemos tomar inspiración de cómo manejan su papel en el mundo naciones como Japón, Corea, Singapur e incluso Vietnam. Una cosa es depender de Estados Unidos en materia militar y otra ser escasamente competitivos en las industrias del conocimiento.

Los asiáticos le apostaron masivamente a la educación desde hace tres o cuatro décadas y son los que se encuentran en posiciones menos vulnerables para negociar con Trump.

De todos modos, vale la pena entender que el orden mundial al que nos acostumbramos ya no existe y, por tanto, no tiene sentido imaginarse que las superpotencias respetarán conceptos de otro tiempo. La indignación periodística sirve de poco cuando no se acompaña de propuestas.

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