LOS RETOS DE MILEI

Sergio Sarmiento
Columnas
MILEI RETOS

Javier Milei fue electo presidente de Argentina el 19 de noviembre con una sorprendente ventaja de doce puntos porcentuales: 56% contra 44% del candidato peronista Sergio Massa, ministro de Economía. Su triunfo polarizó a Argentina, pero también al mundo. El presidente López Obrador lo atacó durante la campaña, llamándolo “facho conservador”, y ha multiplicado sus críticas ahora que es presidente electo. AMLO incluso descalificó a los votantes argentinos diciendo que se metieron un autogol.

Argentina, sin embargo, ha sabido tomar con filosofía democrática la victoria de Milei. Massa reconoció la derrota antes de los primeros resultados oficiales. El presidente Alberto Fernández lo hizo poco después. No hubo las protestas y falsos alegatos de fraude con los que cierran muchas contiendas electorales en México.

Milei fue un candidato antisistema. Famoso por sus polémicas participaciones en debates de televisión, y por su siempre largo y desaliñado copete, prometió en campaña recortar radicalmente el gasto público, eliminar subsidios, privatizar empresas gubernamentales, abrir la economía al comercio internacional, recortar drásticamente los impuestos, privatizar la educación y la salud públicas, eliminar el “cepo cambiario” (un control de cambios), “dinamitar” el banco central, dolarizar la economía y reducir las trabas burocráticas a la actividad productiva.

Muchas de estas posiciones son liberales, aunque él mismo se considera “anarcocapitalista”, seguidor de las ideas del estadunidense Murray Rothbard. Ambos consideran que todas las actividades del Estado, con excepción de la seguridad, deben ser realizadas por el sector privado y que los impuestos, más allá de los necesarios para garantizar la seguridad, son un robo.

Milei ha dicho, por otra parte, que prohibiría el aborto y considera que la población gay, aunque no debe ser discriminada, tampoco debe tener derechos diferentes a los del resto de la población.

Ingobernable

¿Qué tanto podrá Milei lograr en la política real? No mucho. Si bien ganó la presidencia con una fuerte mayoría, 56% contra 53% de López Obrador en México, llegará, al contrario del mandatario mexicano, con un respaldo muy pequeño en el Congreso. En una Cámara de Diputados de 257 escaños, contará solo con 38 diputados propios; en el Senado, con ocho de 72. No lo apoyará ninguno de los 24 gobernadores de las provincias. Si bien es posible que tenga el apoyo de cuando menos una parte de los legisladores de Propuesta Republicana, el partido del expresidente Mauricio Macri, no lograría tampoco con ellos la mayoría simple.

Un presidente sin mayoría en el Congreso solo puede realizar reformas legislativas a través de la negociación, pero Milei no solo no tiene experiencia política, sino que no entiende el arte de llegar a acuerdos. Sus posiciones suelen ser extremistas y absolutas, como las del presidente López Obrador, pero sin la mayoría parlamentaria de AMLO esto no le servirá de nada. Las posibilidades de que sus iniciativas más controvertidas se aprueben en el Congreso son muy bajas.

Los argentinos han votado por Milei exasperados por la prolongada crisis económica de su país. Argentina fue uno de los países más ricos del mundo a fines del siglo XIX y principios del XX, pero hoy vive un desastre económico. Si Milei no logra cuando menos algunas reformas liberales que ayuden a detonar el potencial de la economía, el país podría continuar su caída y volverse incluso ingobernable.