Fue otra edición del clásico de la Concacaf y otra decepción. Fueron las mismas sensaciones de frustración e inferioridad. La selección mexicana no pudo de nueva cuenta con su similar de Estados Unidos en lo que fue uno de esos típicos partidos moleros pero que, a su vez, ponen al combinado nacional y al futbol mexicano en su tono actual: oscuro, muy oscuro.
Si bien en este último duelo los nuestros fueron de menos a más en medio de un partido disputado, los norteamericanos tuvieron virtudes aleccionadoras que añoramos, como no bajar los brazos para tener capacidad de reacción en términos futbolísticos y, por otro lado, la enorme cantidad de jugadores que desarrollan para el futuro.
EU está significando para el futbol mexicano un verdadero quitarrisas. Ya no representa ese futbol (en todos sus niveles) del que el entorno futbolístico de nuestro país se burlaba con soberbia pensando que nunca iban a presumir superioridad.
Hoy, con base en tres aspectos fundamentales (buena planeación, buen programa de desarrollo de talentos y equilibrio en el negocio), están progresando a paso firme, sin mirar atrás, demostrando que los rezagados están de verde, blanco y rojo.
¿Quiere ejemplos de cómo el futbol mexicano se está quedando estancado? Voy a ponerle cuatro muy claritos que, me parece, van a razón de los puntos anteriores y que están marcando una total diferencia.
El primero es en lo deportivo. EU ha demostrado ser más en el terreno de juego que los mexicanos. De pronto sí se nota lo “canchera” que es nuestra selección; pasean la pelota muy bonito y todo lo que usted guste y mande, pero eso ya no es suficiente. Ellos también han progresado en su técnica, pero sobre todo han sabido ser más inteligentes con el balón, más astutos tácticamente hablando, lo que les permite explotar el máximo de las cualidades de sus jugadores; por eso los últimos resultados a favor.
Después, la afición es otro retrato de cómo el balompié de EU progresa de manera impresionante. Mientras aquí en México la Liga MX presume que una buena entrada es de 15 a 20 mil aficionados (cuando hace 15 años lo normal era de 25 mil para arriba), en la MLS los promedios de entrada en los estadios van de 85 a 100% de la capacidad de los diferentes recintos futboleros. En pocas palabras, cada fin de semana tienen por lo general los estadios llenos.
Por otro lado, en la exportación de jugadores a Europa, tan solo en 2022 la MLS envió a 87 futbolistas al viejo continente, por once de la Liga MX. La vitrina del futbol de EU es más vista que la nuestra.
Negocio
Finalmente, me enfocaré en un tema extracancha, pero que tiene que ver con el negocio. La MLS aplasta al futbol mexicano en cuanto al valor de las franquicias.
México podrá contar con más tradición futbolera, pero tiene a los peores gestores y planeadores estratégicos del mundo. El valor de un equipo va acompañado del espíritu competitivo y el espectáculo que ofrece su liga, además de la plantilla de jugadores e infraestructura, aspectos que ha sabido explotar muy bien la MLS.
Actualmente el equipo del LAFC, donde por cierto milita el mexicano Carlos Vela, alcanza un valor de mil millones de dólares, cifra que ni juntando a los tres equipos de mayor costo de la Liga MX (Chivas, Monterrey y América) alcanzan el del conjunto angelino que apenas tiene ocho años de antigüedad.
Con todo esto que le platico solo le puedo decir que si yo fuera socio del futbol mexicano tomaría dos caminos urgentes: o impulso la erradicación de los modelos que hoy imperan en el futbol mexicano proyectando ideas que realmente ayuden a progresar, o saco mi lana del entorno y la destino a otra cosa que realmente signifique un negocio en el mediano y largo plazos.