EL SACRIFICIO

Sergio Pérezgrovas
Columnas
TEOTIHUACÁN

La arquitectura comienza cuando se ponen dos ladrillos juntos.

Mies van der Rohe


A 50 kilómetros de la Ciudad de México se encuentra un complejo arquitectónico denominado las pirámides de Teotihuacán. Su auge fue entre los años 100 y 550 dC. Se supone que llegó a extenderse hasta 23 kilómetros cuadrados con una población de 150 mil a 200 mil habitantes. Fue una ciudad cosmopolita donde había gente de muchos lugares diferentes, ya que el lugar ofrecía muchas oportunidades de crecimiento.

El arqueólogo Sergio Gómez asevera que fue una de las ciudades más pobladas. En 2003 encontró un túnel debido a una fuerte lluvia de octubre que lo destapó. El proyecto se denominó Tlalocan, que significa “Camino bajo la tierra” y ha ayudado a comprender por qué la ciudad fue destruida y abandonada por los mismos teotihuacanos, para ser retomada siglos después por el pueblo azteca.

El túnel permaneció cerrado durante mil 700 años. Los trabajos de remoción comenzaron en 2009 y con la ayuda de un robot se descubrió que hay tres cámaras con una distancia de 103 metros, a una profundidad de 14 metros y termina en 18.

Los habitantes originales lo usaron durante 250 años, después lo clausuraron y abrieron un par de veces más.

Se han rescatado más de 100 mil objetos y según lo encontrado los teotihuacanos tenían una relación directa con la cultura maya, ya que se han recuperado piezas de jade, caracoles y conchas de Guatemala.

Fue Leopoldo Batres el descubridor de las pirámides, que eran simplemente montes llenos de maleza. En plena época porfiriana el ministro Justo Sierra convenció a Porfirio Díaz de comenzar las excavaciones de los montes, encontrando lo que hoy se conoce como la Pirámide del Sol, que seguramente estaba destinada al dios Quetzalcóatl.

Se gastaron millones de pesos en limpiar toda la zona. Hay una obra de José María Velasco en el Museo Nacional de Arte donde se ven las grandes construcciones semejantes a cerros. Los demás edificios estaban cubiertos por hierba y fueron pintados en 1877, aunque el artista las posfechó. Se dice que le pagaron 70 pesos por pintarlas.

La Pirámide del Sol mide 65 metros de altura con un perímetro de base de 794 metros y 223 metros de lado, aunque la pirámide más grande encontrada en México es la de Cholula con 66 metros de altura y 450 metros de ancho.

Es un lugar digno de visitar, pero procuren ir entre semana porque en los solsticios se pone hasta la madre.

Su nombre significa “Lugar donde fueron creados los dioses”. Los aztecas le pusieron ese nombre cuando las descubrieron, para luego abandonarlas con el tiempo. En realidad, no se sabe la razón por la cual tanto los teotihuacanos como los mexicas abandonaron el lugar. Algunas teorías afirman que hubo una guerra; otra más descabellada indica que fueron sacados por naves extraterrestres para ir a un planeta mejor. Como sea, es una visita obligada.

Destino

Tristán llevó a Lorenza a conocer las pirámides de Teotihuacán, pero cuál sería su sorpresa al caminar por la Calzada de los Muertos y al inicio de lo que hoy se conoce como la Pirámide del Sol encontrar un cuerpo sin corazón. Parecía que se había realizado un sacrificio humano; la joven estaba vestida a la usanza mexica, pero el pecho estaba abierto en dos.

La calzada estaba desierta. Tristán volteaba a todos lados, pero no veía a nadie. Llamó por el celular para que vinieran a recoger el cadáver. Puso su chamarra en la cara de la joven, que tenía los ojos abiertos. El sacrificio tendría unos cinco minutos de haberse realizado. Vio a lo lejos que llegaban refuerzos. Mientras tanto, Lorenza tomó la mano de Tris y lo llevó al Palacio de las Mariposas, que estaba a unos 100 metros.

Lo condujo por un pasillo y en una de las habitaciones vio las pinturas murales teotihuacanas. Logró distinguir una procesión de jaguares tocando unas especies de trompetas. Dentro había cinco personas disfrazadas de mexicas. El sacerdote tenía en la mano derecha el cuchillo de jade, y en la otra, el corazón de la víctima.

Tris apartó a Lorenza, sacó su pistola y le puso las esposas al sujeto. En eso llegó el refuerzo y atraparon a todos. Ella le dijo:

—Oye, Tris, este lugar era donde hacían sus rituales de iniciación, donde se muestran figuras del animal mitológico llamado Quetzal-mariposa.

—¿Y tú cómo sabes eso? ¿Acaso te lo dijo tu abi?

—No, para nada. Solo sé que lo sé; no me preguntes cómo, pero lo sé.

Tristán supo cuál sería el destino de la vida de Lorenza.