SILENCIO INCÓMODO

“Necesitamos recuperar las libertades políticas”.

Sergio Sarmiento
Columnas
POLÍTICA

Estamos en un periodo particular del proceso electoral en México, el de “intercampañas”. Se supone que las “precampañas” han terminado, pero las “campañas” no pueden empezar hasta el próximo 1 de marzo. Mientras tanto los políticos deben supuestamente guardar silencio.

A nadie ayuda el silencio. Los ciudadanos queremos conocer a los candidatos y entender sus posiciones. Los candidatos quieren promoverse y darse a conocer entre los ciudadanos. Al final lo que tenemos es un periodo de silencio incómodo en el que todos los participantes buscan formas de violar las reglas.

Estas reglas, de hecho, se han violado desde el principio. La ley dice que las precampañas no podían comenzar hasta la tercera semana de noviembre de 2023, pero en realidad lo hicieron desde 2021, una vez que quedaron atrás las elecciones intermedias. Claudia Sheinbaum y los otros aspirantes empezaron a hacer giras por el país para promoverse. El presidente López Obrador lanzó un abierto proceso de precampaña en Morena y sus partidos aliados en junio de 2023, una vez que concluyeron las elecciones del Estado de México y Coahuila.

Llamar a los precandidatos corcholatas no cambiaba el hecho de que había una precampaña, con un gasto enorme que se reflejaba en los espectaculares de los candidatos que se multiplicaron por el país.

No hubo elecciones primarias, porque López Obrador ha preferido que los procesos internos de sus partidos políticos se decidan por encuestas, pero sí una precampaña anticipada.

Los partidos de oposición no tenían el mando único de la Cuarta Transformación y tardaron en reaccionar, pero no podían darse el lujo de esperar a los tiempos oficiales. El propio López Obrador impulsó la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez al atacarla de manera sistemática desde la mañanera, aunque no parece haber sido una decisión consciente. La senadora, que había considerado buscar la candidatura al gobierno de la Ciudad de México, terminó convertida en candidata presidencial de la oposición meses antes de que la ley permitiera el inicio de las precampañas.

Callar

Hoy la ley electoral pretende algo muy difícil de hacer: callar a los políticos. El resultado ha sido una serie de extrañas maromas con las que las dos principales candidatas pretenden mantenerse en la atención pública sin violar la legislación.

Sheinbaum hace podcasts y difunde imágenes y videos festejando el día del amor con su pareja o leyendo el nuevo libro del presidente López Obrador, diciendo que “cada página es una lección de vida”.

Gálvez viaja a Estados Unidos y Europa, donde participa en reuniones académicas y se fotografía con el expresidente Felipe Calderón y el Papa Francisco.

Sheinbaum también tuvo una audiencia con el Papa el 15 de febrero.

No tiene sentido que las candidatas, y los demás protagonistas de la vida política, dediquen su tiempo a evadir una legislación que les impide difundir la información que debemos conocer en una democracia. Mientras tanto, el presidente ha llenado el hueco y utiliza las mañaneras todos los días para intervenir en el proceso, aprovechando sus enmiendas constitucionales, apoyando las posiciones de su movimiento.

En Estados Unidos, que tendrá elecciones el 5 de noviembre, mucho después del 2 de junio nuestro, los dos candidatos ya presentan abiertamente sus posiciones. Eso deberíamos hacer nosotros. Necesitamos recuperar las libertades políticas y eliminar las prohibiciones en las campañas, que solo han servido para generar simulaciones.