UN SOCIALISTA EN NUEVA YORK

Zohran Mamdani
Columnas
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La elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York genera celebraciones en algunos círculos de Estados Unidos y también de México. Es un socialista musulmán de 34 años nacido en Uganda de ascendencia india. Su triunfo se debe en buena medida a sus promesas populistas.

Me parece positivo que los electores de la ciudad de Nueva York hayan dejado de lado los estereotipos. No hay ninguna razón para rechazar el gobierno de un musulmán mientras no intente imponer su religión o la ley islámica, la Sharía, a los demás. En el mundo hemos visto buenos gobernantes católicos, protestantes, anglicanos, judíos, musulmanes, hindúes, budistas, agnósticos y ateos, pero también los ha habido pésimos de todas estas denominaciones.

Es igualmente positivo que se permita en Estados Unidos a un ciudadano nacido en el extranjero ser alcalde o gobernador, lo que en México está prohibido.

Inquieta más que Mamdani se autodescriba como “socialista”. La experiencia del “socialismo real” de la Unión Soviética y de los países de Europa oriental, del comunismo chino, norcoreano y cubano, del “socialismo del siglo XXI” de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, y del fascismo de Benito Mussolini y el nacionalsocialismo de Adolf Hitler, que abrevaron todos de las mismas fuentes, debería alejarnos de quienquiera que ondee la bandera del socialismo o del comunismo.

Impuestos

Mamdani no ganó la elección prometiendo crear una “república popular soviética” ni pidió la estatización de los medios de producción, pero sí hizo promesas que pueden ser muy destructivas. Quizá la más lamentable es la de congelar los arrendamientos de un millón de viviendas que ya tienen controles de alquiler.

La medida, por supuesto, fue muy aplaudida por quienes viven en estas viviendas. Nueva York tiene alquileres promedio de dos mil 628 dólares mensuales, los octavos más caros de las zonas metropolitanas de Estados Unidos; pero una de las razones es, precisamente, la existencia de esos controles que han vuelto inviable la construcción de nuevas unidades. De hecho, la experiencia en Estados Unidos y en otros países es unánime: donde se imponen controles de alquiler se desploma la construcción de vivienda y se disparan los precios. Esto ocurrió en la Ciudad de México con la congelación de alquileres de 1948.

Mamdani ha propuesto hacer gratuito el transporte público, lo cual llevaría al sistema de transporte a un deterioro similar al que vemos actualmente en la Ciudad de México. También quiere ofrecer servicios de guardería para todos, pero gratuitos. ¿Cómo pagaría? Muy sencillo. Subiría los impuestos a los ricos, pero el problema es que tendría que construir un muro como el de Berlín para evitar que escaparan.

El estado de Nueva York cobra ya uno de los impuestos estatales sobre la renta más altos de la Unión Americana: 10.9%, que se suma a 37% federal. Otros estados, como Texas y Florida, no cobran impuesto local sobre los ingresos. Por eso hemos visto una migración creciente de directivos y empresarios de Nueva York, pese a todas sus virtudes, a esos estados.

Mamdani dice que los pobres se beneficiarían de sus políticas, pero la verdad es otra. Estas medidas llevarían a un mayor empobrecimiento de la ciudad y con el tiempo a una crisis financiera local como la de 1975. Sí, incluso una ciudad tan importante como Nueva York puede quebrar si tiene un mal gobierno.

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