TERCERA DENUNCIA Y NO PASA NADA

Ana Gabriela Guevara
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En la actualidad la corrupción se ejerce de una manera descarada y sin control. Se roba a diestra y siniestra a pesar de que algunas autoridades son capaces de demostrar faltas a la ley. Es el caso de Ana Gabriela Guevara, extitular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), quien unas semanas atrás fue denunciada por tercera ocasión gracias a que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) le observó presuntos desvíos de recursos que ascenderían a más de 60 millones de pesos.

Esta denuncia fue hecha ante la Fiscalía General de la República (FGR) y con ella son tres las carpetas de investigación contra Guevara. Entre las tres suman más de 520 millones de pesos observados por posibles malos manejos.

¡Sí, leyó bien: más de 520 millones de pesos que salieron del pago de los impuestos de ciudadanos mexicanos!

Pero, ¿quién le dice algo a Ana Gabriela Guevara? ¿Cuándo la han citado para que esclarezca todo lo que se le imputa y ejerza de manera efectiva su derecho a defenderse? La verdad es que el tema ha pasado de largo ante las autoridades, mucho porque saben que contradecir una investigación contundente, con pruebas prácticamente irrefutables por parte de la ASF, es simple y sencillamente imposible.

Así, entonces, esas autoridades que aseguran estar trabajando por un México más transparente y justo prefieren hacer oídos sordos apostando a que este severo acto de corrupción en la Conade se diluya con el tiempo. Es más, no se le haga raro si en una de esas se decreta una orden para eliminar todo ese noble trabajo y esfuerzo anticorrupción que hace la ASF, órgano que, por cierto, trabaja con autonomía técnica.

Guevara se sigue y seguirá paseando feliz en moto, sin ningún tipo de remordimiento o temor, pues se sabe respaldada, como otros funcionarios corruptos que tienen el cinismo de reírse en la cara de los ciudadanos mexicanos.

Riesgos

En este sentido, me llama la atención que el actual titular de la Conade, Rommel Pacheco, ya no diga ni pío por los malos manejos que ejecutó su antecesora. Al principio se le veían esas ganas de transparentar el cochinero que encontró, pero insisto: hace rato que prefirió hacer “mutis”.

¡Por cierto! A mí, un pajarito me dijo que mucho del personal de la administración anterior que solapó actos de corrupción e incluso participó en ellos sigue paseándose por las oficinas de la Conade. En otras palabras: todavía hay riesgos de corrupción. ¡Ojalá me equivoque!

Que todo esto no estorbe y mucho menos perjudique al deporte mexicano, que hoy tiene esperanza de transitar sin piedras en el camino rumbo a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Los Ángeles 2028.

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