“TRANSFORMAR LA ESCENA MUSICAL DESDE LA SORORIDAD Y LA RESISTENCIA”

Layla Sánchez
Columnas
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Académica, comunicóloga y feminista, Layla Sánchez Kuri ha dedicado su carrera a investigar la relación entre comunicación, cultura y género: desde las aulas de la UNAM hasta los foros sonideros, su trabajo explora cómo las mujeres se abren paso en espacios históricamente dominados por visiones patriarcales.

Representante del colectivo Musas Sonideras, Sánchez Kuri impulsa la visibilización de las mujeres en la música y promueve la creación de redes de apoyo como herramientas de empoderamiento y resistencia.

—Es usted comunicóloga, feminista e investigadora, pero también está muy vinculada con la música. ¿Cómo se conectan estas disciplinas en su trabajo?

—Además de comunicóloga soy latinoamericanista, con un doctorado en Estudios Latinoamericanos. Mi investigación en Comunicación con Perspectiva Feminista me llevó a analizar la presencia de las mujeres en los medios y luego en la música. Desde el movimiento Riot Grrrl hasta las raperas latinoamericanas, encontré un discurso feminista potente que cuestiona tanto al sistema como al propio entorno musical. Empecé a estudiar a estas artistas, a conocerlas, a asistir a sus foros; y eso me llevó a integrarme a colectivos como Vinileras y Musas Sonideras, donde las mujeres transforman la escena desde lo alternativo.

—¿Qué representa Musas Sonideras dentro de este movimiento?

—Es un colectivo cultural de mujeres sonideras que va más allá de poner música. Organizamos conferencias, conversatorios y colaboraciones internacionales, como el proyecto Amplificadas, con el colectivo colombiano La Comadre Sound System. Buscamos visibilizar el papel de las mujeres en culturas populares como la sonidera (México), la picotera (Colombia) o el sound system (Jamaica). Además, Musas Sonideras se ha convertido en una red de redes: colaboramos con cineastas, fotógrafas, escritoras y activistas que promueven la igualdad y la autonomía de las mujeres en distintos ámbitos culturales.

Respeto en la diferencia

—¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las mujeres en la música?

—Los mismos que atraviesan todas las áreas de la vida; sobre todo, el patriarcado. En la música eso se traduce en desigualdad salarial, acoso, abuso, falta de oportunidades o incredulidad frente al talento femenino. A muchas mujeres no se les paga, no se les graba o se les exigen favores para obtener fechas.

Todo esto, afirma Sánchez Kuri, “son expresiones de una cultura que históricamente ha relegado a las mujeres, las discrimina y las borra de la historia. Pero cada vez más mujeres están rompiendo con esa lógica y denunciando esas violencias”.

—¿Por qué las redes entre mujeres son tan importantes?

—Porque son nuestra forma de resistencia. Desde el feminismo se ha demostrado que las mujeres solo podemos avanzar si nos sostenemos unas a otras. Las redes permiten cuidar, acompañar, compartir conocimiento y construir juntas. No son perfectas, porque también venimos de una educación patriarcal que genera conflictos, pero el feminismo nos enseña a resolverlos desde el diálogo y la empatía. Aprendemos a negociar y a mantener el respeto incluso en la diferencia.

—¿Cómo imaginas el feminismo en las nuevas generaciones de músicas?

—Hoy las jóvenes tienen referentes y redes de apoyo que las pioneras no tuvieron. Muchas han creado sus propias disqueras y espacios seguros. Hay más conciencia del autocuidado, más colaboración y más claridad sobre con quién trabajar. Las nuevas generaciones crecen sabiendo que no están solas y que hay toda una genealogía de mujeres detrás de ellas que abrieron camino. Eso me da esperanza: el feminismo seguirá transformando la música y la cultura, pero también la forma en que nos relacionamos y nos apoyamos.

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