El pasado miércoles 11, a las 11:00 horas en la Torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se presentó en un significativo evento, el Programa Universitario de Cultura de Paz y Erradicación de las Violencias.
Encabezó la ceremonia el doctor Leonardo Lomelí Vanegas, quien a su vez fue acompañado por destacadas personalidades del ámbito académico y de representantes del gobierno federal.
De forma remota hicieron uso de la palabra los secretarios de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y de Relaciones Exteriores, el exrector Juan Ramón de la Fuente. De manera presencial, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Mario Delgado, completó las intervenciones de funcionarios del equipo de trabajo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Los exrectores José Sarukhán, José Narro y Enrique Graue fueron ubicados en la primera fila del auditorio de la planta baja.
En su discurso, Lomelí Vanegas dio a conocer una serie de medidas encaminadas, en primera instancia, a desarrollar procedimientos preventivos entre la comunidad universitaria y en sus planteles.
“Esta casa de estudios no puede permanecer neutral ante el resurgimiento de visiones autoritarias, extremismos religiosos, nacionalismos (excluyentes) y xenofobia”, afirmó el rector de la UNAM.
A esta importante afirmación siguió una serie de argumentos dirigidos a formar conciencia respecto de las perniciosas manifestaciones de la violencia cotidiana y que amenazan con convertirse en parte de la normalidad.
La presentación de la estrategia de Cultura de paz: un semillero universitario es una decidida y trascendente participación de la UNAM en un contexto nacional e internacional caracterizado por un creciente proceso de polarización de diversas variables, así como la incidencia de las manifestaciones de la inseguridad pública que tienen su origen en la aceptación —que pareciera inconsciente— por parte de la sociedad.
Esto último es sin duda el principal riesgo que puede impedir la recuperación de la tranquilidad y condiciones pacíficas en nuestro país.
Enfoques
Se anunciaron medidas como la creación de diplomados, asignaturas, grupos de estudio e incluso convenios internacionales para apuntalar propuestas viables y asequibles tanto para la comunidad universitaria como para la sociedad en general.
A partir de que la seguridad pública tiene como bienes a tutelar la integridad física de la persona, de sus patrimonios y el libre ejercicio de sus actividades cotidianas, es que deben aplicarse procedimientos que se enfoquen a las violencias “primarias”, como son la intrafamiliar, los acosos sexuales y las reyertas vecinales.
Por eso durante la presentación del programa el énfasis hecho sobre la igualdad de género cobró —y con sobrada razón— un papel central para la recuperación de las condiciones de convivencia cotidiana.
La UNAM, como una institución fundamental del México presente y futuro, se articula y prepara para aportar la información, estudios y planteamientos apropiados, que en definitiva favorezcan a la democracia (como procedimiento y calidad de vida) y con ello a la tolerancia, la pluralidad, la inclusión y la solidaridad.
Como bien apunta el filósofo de los Países Bajos, Rob Riemen, en su libro Para combatir esta era. Consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo: ante la acechanza de los distintos autoritarismos la mejor forma de hacerles frente es mediante la consideración y puesta en práctica de todas aquellas virtudes que han permitido, y aún permiten, que la dinámica social sea el recurso sustancial que sostenga la convivencia.
Bienvenida la aportación de la UNAM a través del Programa Universitario de Cultura de Paz y Erradicación de las Violencias.