En esta ocasión conversé con la magistrada Estela Fuentes, presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México.
La justicia administrativa es el rostro cotidiano del Estado. Es ahí donde se decide si las leyes sirven a las personas o solo protegen a las instituciones. Cuando se ejerce con perspectiva de género, deja de ser un mecanismo burocrático y se convierte en una herramienta de equidad y reparación.
Cada resolución que incorpora esta mirada rompe con siglos de indiferencia: significa reconocer que detrás de cada expediente hay una historia, una desigualdad, una mujer que exige ser escuchada sin prejuicios. La perspectiva de género no es una opción, es una obligación constitucional.
Para Fuentes, México vive un auténtico tiempo de mujeres. “Tendríamos que tomar en consideración que ya estamos en estos tiempos, donde hemos empezado a ver los frutos de todo el trabajo que hemos hecho las mujeres a lo largo de muchos años. Y te cuento desde la historia, con casos como el de Olympe de Gouges, quien desde que estaba la Revolución Francesa ya pugnaba por los derechos de las mujeres; ella fue precursora del voto femenino en su tiempo; escribió; fue partícipe de la Declaración de los Derechos de las Mujeres y de las ciudadanas; y finalmente, debido a que era activista, la guillotinaron”.
Todos esos antecedentes, dice, “son los que han venido abriendo brecha para las mujeres en México. Elvia Carrillo Puerto fue una gran precursora en esos temas. Y finalmente tuvimos la oportunidad de que las mujeres votáramos y ha habido reformas no solamente en la administración de justicia, sino en todos los ámbitos. Sobre todo la reforma de 2019, que todos conocemos como Paridad para Todos, en donde estamos ya viendo los frutos, ya tenemos senadoras, diputadas, alcaldesas, juezas, magistradas, ministras… Muchas mujeres en el Poder Legislativo, pero también en el ámbito de la justicia, pues la gran reforma constitucional al Poder Judicial de septiembre de 2024 abrió la oportunidad de que se tomara en consideración 50% hombres, 50% mujeres en todos esos nombramientos”.
Huella
Con 44 años en el servicio público y 34 como juzgadora, Estela Fuentes pertenece a una generación que abrió camino en los tribunales. “Fui 19 años jueza en materia penal; entonces ni siquiera nos decían juezas, éramos ‘la juez’. Ahora ya se refieren a las mujeres como juezas, como magistradas. Mi primer nombramiento como jueza penal se dio cuando tenía 32 años. Estuve siempre en el sistema tradicional, ya no me tocó ser jueza de oralidad. En aquel entonces estábamos comúnmente en las oficinas y afuera se celebraban las audiencias. Afortunadamente yo fui jueza y he sido servidora pública para la administración de justicia por convicción. Me gustaba salir a las audiencias, ver cómo se celebraban los careos, escuchar las testimoniales y todo eso te va dando el bagaje jurídico”.
Su paso por la justicia de adolescentes dejó huella. “Fue de las mejores experiencias que me ha dado mi vida profesional, ser jueza de adolescentes, porque ahí puedes visualizar la justicia social tangible. Pude darme cuenta de que si el Estado pone un poquito más de atención en los niños, en los adolescentes, creo que iríamos por buen camino”.
Desde su llegada al Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, Estela Fuentes ha impulsado una transformación institucional. “Hemos trabajado muchísimo en la capacitación, no solamente de los magistrados, de las magistradas, de los servidores públicos, de las servidoras públicas, de todo. Ya en la actualidad hemos abierto el instituto a todas las personas que quieren capacitarse”, afirma.
Comprometida con una justicia cercana a la gente, subraya: “El Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, es muy importante para la ciudad, porque ayuda muchísimo en la gobernanza y conocemos desde multas de tránsito, desde temas de pago de predial, pago del servicio de agua, de verificaciones administrativas, de todos aquellos establecimientos que por alguna circunstancia les hayan clausurado. Vayan al Tribunal de Justicia Administrativa, es un tribunal muy cercano a la gente”.
La magistrada Fuentes, recientemente candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, representa una voz firme y sensible en la justicia mexicana. Su trayectoria demuestra que juzgar con perspectiva de género no es solo aplicar la ley: es hacer justicia social. Porque cuando las mujeres hacen justicia, todo el país avanza.

