ZONA DE INTERÉS, RETRATO DE LA BANALIDAD DE LA VIOLENCIA

“El pasado no está tan lejano”.

Francisca Yolin
Columnas
BANALIDAD INTERÉS VIOLENCIA

El último filme del director Jonathan Glazer es una película que se sumerge en el tejido emocional y moral de la vida familiar en la Alemania nazi. A través de una narrativa bifurcada, Zona de interés nos presenta una imagen idílica de la vida cotidiana junto a la sombría realidad de Auschwitz, desafiando a los espectadores a enfrentar su propia imaginación moral y reconocer el mal incluso cuando es incómodo hacerlo.

La trama se centra en la familia Höss, con Rudolf Höss (interpretado por Christian Friedel) como el comandante del campo de concentración de Auschwitz, y su esposa Hedwig (Sandra Hüller), quien lleva el hogar con una destreza que recuerda a Lady Macbeth.

Viven al lado del complejo de campos de exterminio, pero su vida parece una burbuja separada del horror circundante. Este entorno paradisíaco se vuelve aún más inquietante a medida que la complicidad de la pareja se hace evidente, mostrando la capacidad humana para la crueldad autojustificada.

Glazer, conocido por su enfoque meticuloso y austeramente imaginativo en películas como Sexy beast y Under the skin, retrata la historia con una intimidad documental. Utiliza múltiples cámaras y micrófonos para capturar la actuación de los protagonistas de manera veraz y precisa. La película se basa en una profunda investigación, utilizando escenas y diálogos reales, lo que añade una capa adicional de realismo y horror al relato.

Uno de los aspectos más impactantes de la película es la forma en que aborda la negación y la banalidad del mal, temas centrales en el libro de Martin Amis del que se adaptó la película.

Glazer enfrenta la crítica por no mostrar las crudas realidades de Auschwitz en pantalla, pero la fuerza de la película reside en su capacidad para desafiar la imaginación moral del público y hacer que se conviertan en participantes activos en el relato.

Consecuencias

La película también destaca la historia de Joseph Wulf, un prisionero real de Auschwitz, y su desesperanza ante la negación y la impunidad. Su vida y su trabajo resaltan la importancia de recordar y aprender de los horrores del pasado para evitar que se repitan en el futuro.

Además, Wulf se suicidó en 1974 expresando su desesperanza de que su trabajo hubiera tenido poco impacto, lo que añade una capa adicional de tragedia y urgencia a la narrativa.

Zona de interés es una película perturbadora y poderosa que no es fácil de olvidar. A través de su representación del bien y el mal, y su insistencia en la complicidad y la responsabilidad, nos recuerda que el pasado no está tan lejano y que la capacidad humana para el mal es tanto un recordatorio como una advertencia.

La cinta queda resonando de manera especial mucho después de haberla visto y nos recuerda las consecuencias de olvidar o ignorar los horrores del pasado.