Déjà vu

Sanemos el alma con un poco de música

Pablo Reyes
Columnas
Rockdrigo González, El profeta del nopal.
Foto: Especial

Son 32 años cumplidos desde el sismo que despertó a la Ciudad de México en escombros el 19 de septiembre de 1985.

Son también pocos días apenas después del terremoto de 7.1 grados del 19 de septiembre último: se ha escrito mucho sobre el primero de estos sucesos, un hecho que definitivamente marcó hace tres décadas un parteaguas en la historia de la ciudad y en la memoria colectiva del país, mientras que sobre el segundo seguiremos leyendo y recolectando impactantes historias en tiempo real, gracias a la tecnología

El déjà vu es inevitable. Memorias que resuenan en la cabeza como recuerdos de un ayer que se vive nuevamente: aquel despertar de la llamada “sociedad civil”, la solidaridad, la reconstrucción y todas las redes que se tejieron alrededor de la tragedia de 1985, evento que todo el mundo recuerda cómo lo vivió cuando ocurría el movimiento telúrico y qué hacía en esos momentos, mientras toneladas de cemento y metal caían en algunas zonas de la urbe para transformarla para siempre.

El día de hoy el recuerdo abre de nuevo esa vieja herida chilanga que todos llevamos dentro. Incluso a los que apenas teníamos un año de edad cuando ocurrió la tragedia de septiembre de mediados de los ochentas se nos eriza la piel al revivir el devastador paso de la madre naturaleza sobre nuestra bella capital.

El día de hoy se parece mucho al de hace 32 años, aunque quien esto escribe se atrevería a decir que algo aprendimos de aquel ayer y lograremos encontrar el camino para sanar esta nueva herida. Dicho esto, sanemos el alma con un poco de música.

Soundtrack

Para los ochenteros que siguen la música en inglés 1985 fue un año especial, ya que muchos de los grandes éxitos de aquella década surgieron o se consolidaron ese año. La vida de la Ciudad de México cambió drásticamente durante los días que siguieron al terremoto del 19 de septiembre, pero la música fue fundamental para los que hoy recuerdan algún instante de esa época al escuchar alguna de las canciones que fueron lanzadas ese año. Podemos imaginarnos que la música actual estará haciendo lo mismo en los corazones de los capitalinos y quizá muy pronto tendremos a la mano esa lista de reproducción, ese soundtrack de los días después del temblor de 2017.

Reconstruyendo la ciudad fue el título traducido al español de We built this city, de la banda californiana Starship, una de las canciones que se estrenaron en la radio justo en los días posteriores al terremoto y que a la postre resultó ser una de las más icónicas de los ochentas. Para muchos esta canción es parte del soundtrack del temblor del 85.

Por su parte, la movida madrileña invadía los oídos mexicanos con la llegada de Hombres G a territorio nacional. Su disco debut fue lanzado durante la primavera de ese año e incluye muchos de los éxitos que se cantaron en aquel septiembre negro. Del músico argentino Fito Páez, que en aquel entonces tenía 22 años, cuando editó el segundo disco de su carrera titulado Giros, podemos incluir a la lista la demoledora canción Yo vengo a ofrecer mi corazón.

Para cerrar con broche de oro recordaremos a González, el poeta más llorado del terremoto de 1985 y un símbolo del DF. Rockdrigo encarnaba en 1985 la figura del poeta urbano, del outsider, y fue devorado por la misma ciudad a la que dedicó gran parte de su obra: Estación del Metro Balderas, Vieja ciudad de hierro, Perro en el Periférico, Asalto chido, Las aventuras en el Defe y Rock en vivo son algunas de esas canciones que siguen vigentes en los corazones de los capitalinos. Fuerza, México.