ALIENÍGENAS Y STAR WARS

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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Trabaja tan duro y hazlo de la mejor manera que la gente crea que fueron los extraterrestres. Como en Alienígenas ancestrales.

Aunque la ciencia ficción se creó en el siglo XIX en 1966 apareció un libro que cambió la manera de concebirla: me refiero a Recuerdos del futuro o, en inglés, Chariots of gods.

El libro fue escrito por el gerente de un hotel de Davos, Suiza, llamado Erich von Däniken. No lo vio publicado hasta 1968 porque, según sus palabras, ninguno de los 20 editores a quienes mandó el manuscrito lo quiso.

Lo curioso del caso es que a seis semanas de salir ya había vendido seis millones de copias. No es un libro de ciencia ficción: es una propuesta donde desmitifica a las grandes civilizaciones, como egipcia, maya o japonesa. Según el libro la mayoría de las construcciones antiguas, como las pirámides de Egipto, Palenque, etcétera, eran espacios para extraterrestres. La serie Alienígenas ancestrales se basa en esta teoría que, dicho sea de paso, ha sido explotada por muchos escritores y cineastas. Habría que recordar que para 1969 el hombre pisó la Luna y los vuelos espaciales se volvieron, desde entonces, plática común.

Spielberg (ET, Encuentros cercanos del tercer tipo, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, Tiburón ¡ah, esa no!), Lucas (La guerra de las galaxias y El retorno del Jedi, El imperio contraataca), Scott (Alien, Prometeo) y Cameron (Aliens, el regreso, Avatar) son claro ejemplo de la influencia de este libro.

Desde entonces el mundo ha cambiado la forma de percibir y aceptar que puede haber vida en otros planetas. Yo, sinceramente, creo que el prolífico escritor de más de diez libros sobre el tema tenía una cierta afición por las hierbas y pastillas estimulantes que en esa época se pusieron de moda. Como sea, las series o las películas sobre extraterrestres siguen siendo la fascinación de millones de personas.

Como colofón: el 25 de mayo de 1977 se estrenó la película La guerra de las galaxias en todo Estados Unidos.

El alien

Encontraron el cadáver del pequeño hombrecito, todo verde. Al parecer murió porque lo pintaron con pintura vinílica y se quedó dormido. En el set de filmación no cabían en el asombro. Cuando Tris llegó preguntó por el encargado, un maquillista gay de nombre Horacio Villalobos. El pobre estaba desconsolado. Sabía de la modelo que murió en iguales circunstancias en una de las películas de James Bond, pero pensó que a él no le ocurriría nada. Tris determinó que era homicidio imprudencial.