BONNIE Y CLYDE

“El matón murió instantáneamente por un disparo en la cabeza; en cambio su amante tardó en morir”.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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Las películas no crean a los sicópatas. Los hacen más creativos.

Bonnie y Clyde eran una pareja de asaltabancos en la década de 1930 que se hizo famosa porque a pesar de todo se proclamaban un amor a pruebas de balas. El extexas ranger Franck Hamer y otros cuatro policías les tendieron una emboscada: acribillaron a los amantes dentro de su automóvil.

Al saber del suceso la gente trató de obtener cualquier cosa de los ladrones. Se juntaron y arremolinaron en el coche para quitarle parte del cabello a Bonnie, ropa, casquillos de las balas, vidrios o ropa ensangrentada.
La controversia que se generó desde su muerte es que hay testigos, como Henry Methin, que aseguraron que Bonnie nunca mató a nadie. La persecución comenzó cuando Clyde y Methin mataron a dos jóvenes policías de tráfico cerca de Grapevine en abril de 1934.
Hamer utilizó al padre de Methin para atrapar a Bonnie y Clyde y permitir que Henry, si los ayudaba, saliera libre.
Después de una larga persecución por el estado de Texas lograron abatir a los robabancos. Se dice que en el auto Ford V8 robado por Clyde había más de 167 balazos. El matón murió instantáneamente por un disparo en la cabeza. En cambio, su amante tardó en morir; sostenía un sándwich en su mano.
La polémica estriba en que Hamer secuestró al padre de Henry y lo ató toda la noche para que al pasar a la mañana siguiente el carro de los maleantes tuviera que pararse para encontrar el camión con una llanta ponchada. Pusieron al papá de Henry cambiando el neumático cuando Hamer se paró enfrente de ellos y dijo “arriba las manos” y comenzó la balacera sin que pudieran defenderse.
Cada año, a partir de la masacre, se celebra el Bonnie and Clyde Festival en Gibsland, Louisiana, justo en el lugar donde se produjo la matanza, en la autopista 154 al sur de Gibslands. Hay un hito de piedra donde se dejan recuerdos.
Hay muchas historias de la pareja que se utilizaron para la publicidad de la época. Ford Motor Company asegura que Clyde Barrow envió una carta felicitándolos por el rendimiento de sus autos: la compañía la usó como publicidad.

También se dice que un manuscrito similar se recibió con la firma de otro enemigo público: me refiero a John Dillinger.

Lo que es cierto es que hay una veintena de películas, 70 canciones hacen referencia a los amantes y hasta en el videojuego Fallout: New Vegas se habla de ellos. La última cinta estrenada en Netflix, Emboscada final, con Kevin Costner y Woody Harrelson, retrata casi exacto el momento de su muerte y captura. Vale la pena verla por su ambientación y las actuaciones de estos dos grandes actores.
La persecución
El Ford Mustang Bullit de ocho cilindros corría a toda velocidad por el segundo piso del Periférico. Venían huyendo después de asesinar a un transeúnte por Polanco.

Tristán escuchó por la radiofrecuencia de su coche que iban rumbo a Cuernavaca. Él, como siempre, estaba en el lugar y la hora equivocada, ¡sería su karma!

Subió por la lateral de San Jerónimo justo cuando el auto pasaba hecho madres. Solo tuvo que virar un poco su unidad para hacer que los dos maleantes perdieran el control y se fueran a estampar en la valla de acero y concreto cayendo estrepitosamente a la parte baja de la vía. Las patrullas que venían a un kilómetro de distancia no se percataron del accidente y rebasaron al coche de Tris, quien manejaba plácidamente por el carril de baja.