La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad.
Friedrich Nietzsche
Hoy hablaré de la precuela de la cinta 101 dálmatas, que fuera el decimoséptimo largometraje animado por la casa Disney y estrenado el 25 de enero de 1961, escrita por Dodie Smith.
Cruella, después de 50 años, regresa más viva que nunca. Emma Stone es la encargada de darle vida a esta famosa villana y Emma Thompson es la mala (más mala que la misma Cruella; yo diría que en realidad es una hija de la chingada). Las actuaciones son creíbles y enigmáticas. El vestuario de las dos es fabuloso.
Habría que recordar que en la película original Cruella de Vil es modista y quiere tener un abrigo con la piel de los cachorros y sus perrunos padres.
Lo que a mí me llamó más la atención fue la banda sonora, que es un claro homenaje a los roqueros crudos setenteros
La cinta se ambienta en el Londres de los setenta y la música es casi toda de esa época. Hay canciones de The Doors, Bee Gees, The animals, Queen, Blondie, etcétera. Es una maravilla, porque aparte de que apela a la nostalgia de los padres ubica al espectador en un momento histórico y no solo acompaña a la narración sino que se vuelve parte de ella. Hay momentos en que se escucha la banda sonora y las imágenes se complementan, sin diálogos. Una delicia visual.
No es un videoclip: es una verdadera joya. ¡Y no! Disney no me chayoteó (no pagó un quinto por hablar bien de la peli).
La pueden encontrar en las salas de todo el país, ya que esta semana llegamos, por lo menos en la CDMX, a semáforo verde.
Blondie
La rubia mujer fue encontrada en una calle de Santa Fe junto con un dispositivo para escuchar música en el que se oía la famosa canción Call me, de Blondie.
Sin duda lo más curioso del caso es que tenía una mordida en la carótida, hecha por un perro pastor alemán que estaba muerto junto a ella con un cuchillo clavado en el corazón.
Lo único que le brincó a Tris fue el hecho de que la occisa estuviera tirada en esa zona. No parecía un crimen pasional. Traía en una de las manos la correa del animal. Lo que más le llamó la atención fue que la canción que se oía fuera del grupo Blondie, que además era el nombre del perro pastor alemán de Hitler. Coincidencias de la vida.
No habría crimen que reportar: seguro la mujer maltrataba al perro, que tenía en el cuerpo varias cicatrices.