Nadie llega a la tierra prometida sin antes pasar por el desierto.
Frank Herbert es el famoso escritor que en 1965 redactó la novela Dune, la más leída en esa época. Después hizo sus cinco secuelas, donde explora temas muy complejos e intrincados, como la evolución del ser humano y su supervivencia a largo plazo, la ciencia y la ecología planetaria insertada en la religión, la política, la economía y el poder en un futuro donde la raza humana desarrolló viajes interestelares y se asentó en otros mundos.
Con base en estas premisas, Alejandro Jodorowsky fue apoyado por el francés Michel Seydoux quien, después de conocer sus dos películas surrealistas (El Topo y La montaña sagrada) le ofreció al cineasta en 1974 realizar cualquier cinta.
Jodorowsky escogió Dunas con un reparto que encabezaran Mick Jagger, Salvador Dalí, Orson Welles y David Carradine, con música de la banda de rock progresivo del momento, Pink Floyd.
Decidió hacer el guion, pero antes tendría que leer el libro y sus cinco secuelas.
Alejandro quería cambiar la percepción del público y los efectos del LSD como lo había hecho en sus anteriores puestas. Seydoux alquiló un castillo para que el cineasta escribiera. Alejandro trabajó al lado de Jean Giraud y contrató al artista visual Chris Foss, un pintor británico conocido por sus pinturas en aerógrafo en las portadas de los libros de Isaac Asimov. Giraud dividió las secuencias en un guion gráfico de tres mil dibujos.
Orson Welles aceptó hacer la película si Jodorowsky pagaba la cena en el restaurante favorito de Welles en París todas las noches del rodaje. Por su lado, Dalí se volvió más exigente: le dijo a Alejandro que estaba interesado, pero con sus propias condiciones. Primero, el inodoro del emperador tenía que ser de dos delfines cruzados, los amigos de Dalí debían ser los cortesanos y además no iba a seguir el guion propuesto, porque afirmaba que él tenía mejores ideas que las del director.
También pidió un salario de 100 mil dólares por hora. Jodorowsky aceptó, para luego recortar la escenas del emperador para que Salvador solo estuviera una hora en el set. El resto de las líneas las diría un robot.
De haber realizado la cinta, tres años antes de La guerra de las galaxias, habría cambiado la forma de hacer cine. De hecho, se dice que George Lucas se inspiró en los dibujos de Dune.
Para 1984 David Lynch hizo una versión producida por Dino de Laurentiis. Se considera una de las peores películas jamás filmada; o sea, un churro mal forjado. Por cierto, esta peli se filmó en su totalidad en los Estudios Churubusco y dicen las malas lenguas que Dino metió el dinero al banco y la costeó con los intereses que generó. Los estudios estuvieron un año ocupados por la producción.
Como sea, la visión de Alejandro está plasmada en un documental y además sirvió de influencia para cintas como Alien, Terminator y muchas más.
En días pasados se estrenó la nueva versión con un costo de 165 millones de dólares. Es del director Denis Villenueve y cuenta con las actuaciones de Timothée Chalamet, Rebeca Ferguson, Oscar Isaac, Dave Bautista y Javier Bardem. Muy recomendable y ambientada, hasta la música, en el minimalismo puro.
Celos
Había un cabaret de mala muerte ubicado en la colonia Guerrero. Su nombre era Dunas, porque dentro del lugar habían traído arena según esto del Desierto de Altar (aunque luego se supo que se habían robado unos camiones de Acapulco).
Ahí encontraron un par de muertas, acuchilladas. Estaban vestidas de luchadoras de la parte de arriba, pero sin calzones. Llamaron a Tris para resolver el caso.
Las dos mujeres fueron asesinadas, supo después Tris, por el gerente del antro, quien las encontró embarrándose las babosas (así dijo el gerente): en un arranque de celos las mató.
Tris no tardó ni diez minutos en descubrir al asesino.