FERNANDO FRÍAS

Dos trabajos diferentes, tanto en la estética como en los planteamientos.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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El hábito no hace al monje pero lo ayuda.

Filosofía popular

Hoy voy a hablarles de dos trabajos que me parecen fascinantes. Lo curioso del caso es que son dos géneros muy complicados y diferentes guiados por el mismo director: Ya no estoy aquí y Los Espookys.

Fernando Frías de la Parra se graduó de la escuela de Artes de la Universidad de Columbia como becario de la Fulbright. Estudió Dirección y Escritura de Guiones y ha ganado muchos premios, pero hoy solo hablaremos de estas dos cintas.

Ya no estoy aquí es una especie de documental sin serlo, porque es una ficción sobre la cultura Kolombia y sus jóvenes integrantes. El actor principal, quien por cierto nunca había actuado, interpreta al líder de una pequeña banda que viste y baila a la moda de las cumbias colombianas rebajadas.

También es un retrato de uno de los barrios más pobres de Monterrey. Además de cruda, es un estudio antropológico de cómo se vive no solo en México sino también en Nueva York.

Muy buena puesta en escena y ganadora del festival de Morelia en 2019. La encuentran en Netflix.

La segunda es una serie producida por HBO. Los Espookys narra las peripecias de un grupo de desadaptados sociales. Llena de humor negro, irreverente y, valga la expresión, muy chistosa.

Resulta curioso en este caso que un director que puede hacer una película oscura y profunda pueda más o menos al mismo tiempo realizar una comedia tan atinadamente. Esta última no es para gente mayor. Está dirigida a los jóvenes y es realmente hilarante: le aseguro que se sorprenderá en los dos casos.

Estos dos trabajos, tan diferentes tanto en la estética como en los planteamientos, son una joya. Felicidades a Fernando: esto demuestra que cuando se quiere, se puede.

Los mierdas punks

Tris conocía a la banda desde hacía mucho tiempo. La escena a la que lo llamaron estaba llena de sangre. Una ráfaga de Uzzi acabó con la vida de cuatro pandilleros de la zona de Santa Fe.

Había más de 100 disparos y los cuerpos parecían coladeras. Tris sabía que era un ajuste de cuentas. Lo malo es que el daño colateral era espantoso: dos pequeños de uno y dos años murieron porque las balas atravesaron un ventanal donde se encontraban. Eso sí no lo iba a permitir. Buscó al líder de Los mierdas punks. Sacó su pistola y fue muy claro:

—Dame el nombre de los que lo hicieron, porque se llevaron a dos bebés y eso sí no se vale.

El Tic Tac, que era su nombre de batalla, le dio la razón y afirmó que no tuvo nada que ver.

Sabía dónde encontrarlos. Eran dos chamacos de 18 y 19 años. Lo estaban esperando. Descargaron sus armas, pero el detective se resguardó y esperó a que volvieran a cargar. Entonces salió de la pared y les disparó todas las cargas de sus pistolas, acabando con ellos. Un ajuste de cuentas.