Qué es un héroe: un hombre ordinario haciendo algo extraordinario.
Easy Eddie era el apodo del que fuera el abogado de Al Capone: Edward Joseph O’Hare era su verdadero nombre, de la primera generación irlandesa norteamericana, nacido en noviembre de 1893. Decían que era muy buen litigante y, sobre todo, astuto.
Por su parte, El gran Al le pagaba grandes cantidades de dinero a Eddie por la manera en que manipulaba las leyes y mantenía a su jefe fuera de la cárcel.
Pero Easy Eddie tenía una debilidad: un hijo al que amaba profundamente. Eddie llenó a su vástago con toda clase de lujos, ropa, autos y una buena educación, porque deseaba que fuera mejor hombre que él.
Lo único que no podía ofrecerle era su buen nombre y, por supuesto, un buen ejemplo, así que decidió cambiar su vida. Quería que su descendiente supiera lo que era la integridad de una persona y cuánto valía, por lo que ayudó a las autoridades a desenmascarar los turbios negocios de Capone: testificó en contra del gánster en los tribunales, sabiendo qué repercusiones tendría.
El final de la vida criminal del mafioso ya lo sabemos. A Eddie, al cabo de un año, lo llenaron de plomo en su automóvil. Murió. Y en sus bolsillos encontraron un rosario, un crucifijo y un medallón religioso.
Durante la Segunda Guerra Mundial un piloto de caza asignado al portaaviones Lexington tuvo una misión de emergencia. El piloto salió. Minutos después se dio cuenta de que no tenía combustible y regresó a cargar gasolina pero en el camino vio un escuadrón completo de cazas japoneses. Su escuadrón estaba en misión dejando al barco indefenso. Tomó una decisión y comenzó a perseguir a los aviones japoneses.
Logró derribar a uno con su ametralladora calibre 50; así destruyó a cinco. Él recibió algunos disparos en el avión, pero aun así siguió con su misión. Los japoneses, desconcertados, no podían creer lo que pasaba y eligieron regresar por donde vinieron.
El maltrecho avión del piloto aterrizó en el portaaviones. Por esta hazaña el presidente Roosevelt le concedió la primera medalla de Honor del Congreso de Estados Unidos.
El nombre del piloto era Butch O’Hare. En su honor el aeropuerto de Chicago lleva su nombre. Butch era hijo de Easy Eddie.
Colateral
Hacía algunos años que Tristán en una de sus misiones más arriesgadas conoció a cinco niños y tres niñas entre los seis y los once, quienes fueron secuestrados en un camión escolar por aquel tipejo llamado Alejo.
Al saberlo el detective siguió la pista que le dieron por la radio. Alcanzó a la unidad y volteó su carro para quedar frente a ella. El maleante tuvo que parar el autobús para no chocar con el de Tris.
El policía bajó de su carro, apuntó con su pistola —estaba a dos metros del secuestrador— y dijo, como siempre con su voz calmada, moviendo rítmicamente su cabeza:
—Mira, hijo de la chingada, más te vale que sueltes a tus rehenes si no te quieres morir en este instante.
El criminal abrió las puertas y tomó a una pequeña a manera de escudo, amenazándola con un cuchillo. Tris, parado frente a los dos, le hizo un guiño a la niña para que se agachara; así lo hizo ella. Tris activó rápidamente el percutor dejando el plomo en medio de los ojos del malhechor. Fue el héroe del momento. Y lo más importante: pudo acabar con el asesino de su madre sin ninguna sospecha.