LA METÁFORA

“Al final Thomas Hobbes tenía razón”.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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¿Qué es la metáfora? Según la Real Academia de la Lengua la metáfora es una figura retórica que hace un uso figurado del lenguaje. Generalmente se utiliza para referirse a algo sin nombrarlo específicamente. En lenguaje llano y no tan rebuscado es usar las palabras con otro significado. Por ejemplo: “Está bajo la lupa”.
Thomas Hobbes, filósofo inglés, a quien se considera como uno de los grandes fundadores de la filosofía de la política moderna, en su libro Leviatán escrito en 1551 (o sea, hace un chingo de años) sentó las bases de la teoría contractualista. En su pensamiento aparecen los conceptos fundamentales para el liberalismo, como el derecho del individuo y la igualdad de las personas. Estos preceptos vigentes hoy gozan de gran influencia.
Existen hace casi 500 años y no ha habido otro pensador contemporáneo que aplique conocimientos como los que él vertió. Lo curioso del caso es que en el libro Metáforas del poder José M. González García habla de las influencias de las metáforas y afirma que Hobbes no creía en las metáforas pero todo el libro de Leviatán está llenó de ellas.
Hobbes plantea que para que los hombres puedan vivir juntos sin caer en la anarquía y en la guerra es necesario un Estado fuerte y autoritario. Es ahí donde está la primera metáfora: ¿Cómo puede ser el Estado fuerte si es un ente que no tiene forma? Si no tiene forma no puede ser fuerte. Aunque Hobbes no habla en sí de la metáfora su libro está repleto de ellas.

Otros ejemplos son: “La prontitud en el daño deriva del miedo”. “La elocuencia es poder, pero tiene aspecto de prudencia”. “Una memoria copiosa o la memoria de muchas cosas se denomina experiencia”.
Todas estas frases son metáforas para explicar de forma más o menos sencilla lo que es el poder del Estado.
La gran paradoja es que al final Thomas Hobbes tenía razón. ¿No creen?
El coche rojo
Cuando encontraron el cuerpo magullado en Avenida Revolución, una vez más llamaron al buen Tris.

La joven estaba desnuda y toda llena de raspaduras. Tris alcanzó a decir:
––A esta chava la arrastraron como paseíllo en plaza de toros.
Le pidió a su amiga Claudia (la fuera de borda) que redactara la muerte. Ella, quien era una experta en metáforas, añadió en el reporte:
––La joven tenía muchos hematomas y raspaduras por todo el cuerpo. Es como si la hubieran pasado por un jardín de rosas todo espinado. Como si hubieran utilizado su carne y la pasaron por una trituradora para hacer hamburguesas. Como si el cuerpo fuera mancillado para no dejar ninguna huella de quién era.
Fueron tantas las descripciones que hizo, que la jefa llamó a Clau y a Tris y utilizó otra metáfora.
––La traían cacheteando el pavimento. Como que se murió de amor.
Tris sabía que, efectivamente, le habían arrastrado por las calles, debido al sinnúmero de moretones y raspaduras que tenía en todo el cuerpo. Había oído de un sujeto con un carro rojo que hacía lo mismo. Al tiempo dio con él. Lo amarró a la parte trasera del famoso coche rojo y lo arrastró por unos diez kilómetros de una avenida allá por Iztapalapa. Nadie lo vio, pues eran altas horas de la noche, hasta que lo fue a tirar donde antes encontraron el cuerpo de la muchacha. Antes de arrastrarlo el tipejo afirmó:
––La tenía bajo la lupa porque era una puta.