La sangre es fuente de inspiración no solo para los escritores: entre los cristianos es energía y violencia, pureza y corrupción. Tiene múltiples significados. Es evocada tanto por Abel como por el sacrificio que realizó Jesucristo. Para la Biblia es la sustancia física que renueva y da energía al cuerpo. Es la resurrección del alma.
Se asocia con la vida y el alma, con los cultos solares y la recolección de las cosechas, con la juventud y el deseo de la inmortalidad.
Es, según los católicos, la que purifica al que se arrepiente de sus pecados en esta Iglesia (que al parecer todo el tiempo castiga). La sangre de Cristo es la virtud de quien la prueba.
Para los pueblos prehispánicos su significado era más o menos lo mismo. Le ofrecían la sangre y el corazón a sus dioses para que ellos regeneraran la vida.
Hay muchos tipos de sangre, hablando metafóricamente. Por ejemplo la sangre nueva, que es gente joven; la sangre buena, que es la que sale del parto; la sangre mala, que es la que coaccionan los asesinatos y las guerras.
En la literatura ha sido referente de muchas obras. La más famosa sin duda es Drácula, escrita por el irlandés Bram Stoker en 1897. En la novela, el vampiro se tiene que alimentar de sangre humana para poder vivir eternamente. Otra vez la constante de vida y, paradójicamente, muerte. Hay ocho diferentes versiones escritas.
En el caso del medio audiovisual también hay muchas versiones sobre el conde Drácula. Desde Nosferatu, realizada en 1922 por Murnau, hasta nuestros días con series de caricaturas y programas de televisión. Hay aproximadamente unas 200 diferentes versiones, entre las que destaca The Lost Boys, de 1987. O el singular personaje creado por Jim Henson, El Conde Contar, un simpático conde que ayuda a los niños a aprender nociones básicas de matemáticas.
En México, Germán Robles le dio vida a Drácula. En total participó en siete películas que hablaron sobre este famoso vampiro. Unas son más malas que las otras. Pero, en fin, ahí están. Algunas se pueden ver en YouTube.
La música no se ha escapado de utilizar la sangre para hacer canciones. Por ejemplo, Luis Miguel y su canción Con sangre en las venas; Coldplay con A Rush of Blood to the Head y Michael Jackson con Blood on the dance floor.
Bueno, hasta en bebidas se encuentra la dichosa palabra. Basta recordar el vino Sangre de Cristo (que por cierto es malísimo) y el famoso bloody mary, que hace referencia a la reina María I de Inglaterra, quien durante su reinado mandó ejecutar a casi 300 hombres y mujeres por herejes.
Lo importante es que la sangre ha jugado un gran papel en la vida del ser humano. Hasta se hacen comparaciones en Wall Street: “El dinero es la sangre de los negocios”.
Sea como fuere, es innegable que es y será materia para nuevos capítulos en prácticamente todas las expresiones artísticas que la humanidad contempla.
Baños
Llamaron a Tris porque el cuarto estaba bañado en sangre. Las paredes chorreaban cual película de Kubrick. Chorros y chorros como si los muros lloraran. Era muy extraño.
En la azotea Tris encontró un tinaco roto lleno de sangre. Era el que provocaba todas las manchas. Muy raro, no había ningún cuerpo, solo la sangre.
Al analizarla en el departamento determinaron que era de vaca, así que no había ningún crimen. Al cabo de algunos días apareció la dueña. Cuando Tris le preguntó qué hacía con la sangre, ella le contestó que se hacía baños con el líquido rojo. Lo extraño del caso fue que al preguntarle la edad a la mujer, ella muy ufana le dijo:
––Tengo 87 años.
La mujer parecía de unos 40, con un cutis perfecto, de nalga de bebé y un cuerpo que ya envidiaría cualquier veinteañera.
––Si fuera de sangre humana me vería aún más joven, pero conseguirla en estos días es muy raro.
No había crimen que resolver y, hasta donde Tris entendía, tener sangre de vaca y bañarse con ella no era un delito.