LA SOMBRA DEL CAUDILLO (2)

Esta historia no tiene ningún parecido con la realidad actual, pero uno nunca sabe.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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Cuando las cosas vayan mal no vayas con ellas.

Filosofía popular

La muerte del general Obregón se debió, entre muchas causas, a su decisión de cambiar la Constitución para poder reelegirse a la Presidencia; y también a su animadversión hacia el movimiento cristero de 1927. Recordemos que un año antes de su muerte sufrió un atentado por el cual fueron presos y muertos los hermanos Humberto y Agustín Pro. El asesino confeso de Obregón, José León Toral, era amigo de Humberto y pertenecía al movimiento cristero.
Pero hay otra razón. Calles y Obregón mandaron matar a su opositor, el general Francisco R. Serrano, quien antes había sido su gran aliado. El asunto del poder parece no conocer fronteras, ni razas ni credos.

Cuentan que Serrano era católico y fiel creyente de la virgen de Guadalupe. Además pertenecía al partido antirreeleccionista, opositor de don Álvaro y Calles. Estos últimos eran unos hijos de la chingada vestidos de lo mismo, aunque ella los ha negado por pena.

Martín Luis Guzmán, en su obra La sombra del caudillo, puso de manifiesto la corrupción que existía en esa época. Posteriormente haría otros libros sobre acontecimientos revolucionarios: El águila y la serpiente en 1928 y Memorias de Pancho Villa en 1938-1940.

Después de su exilio regresó a México en 1938. Fundó la Editorial Ediapsa, editó Romance, dirigió la revista Tiempo; presidió la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos; y, por último, ocupó un escaño en el Senado de 1970 a 1976.

El 22 de diciembre de ese año murió.

Esta historia no tiene ningún parecido con la realidad actual. Pero uno nunca sabe. Como diría Federiquito Engels en la Dialéctica de la naturaleza, la historia tiende a repetirse.

Los homónimos

Tristán fue mandado al colegio Simón Bolívar a estudiar la secundaria porque en esa época se decía que era una de las mejores escuelas del país. Lo cierto es que la orden de los hermanos lasallistas era buena sobre todo en deportes.

Se decía que uno de estos hermanos era pederasta, pero en ese momento la Iglesia protegía los casos con sumo cuidado. Un día al hermano Francisco Serrano lo encontraron muerto bajo circunstancias muy extrañas.

En la comunidad había mucho hermetismo. El papá de Tris llevó el caso y acabó sacando a su hijo de esa escuela. Tris, con el tiempo, supo la razón de la muerte. Francisco murió ahogado y desangrado con su miembro cortado y metido en la boca. Al parecer el papá de algún muchacho lo descubrió cometiendo pederastia.