LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

“Un buen thriller para ver en este periodo de vacaciones”.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

Torcuato Luca de Tena Brunet fue el marqués de Luca de Tena, escritor y periodista español. Nació en Madrid el 9 de junio de 1929 y murió el 1 de junio de 1999.

Cultivó el teatro, la poesía, el cuento y el ensayo histórico. Se calcula que a lo largo de su vida escribió 110 libros, entre los que destacan La mujer de otro, Embajador en el infierno, Pepa Niebla, Edad prohibida y Los renglones torcidos de Dios.

Esta última se publicó en 1979 y relata la historia de Alice Gould, a quien internan en un hospital siquiátrico siguiendo las pistas de un caso de homicidio, donde existe la duda si ella es quien dice ser (una detective) o es realmente una enferma mental.

Torcuato, siguiendo sus instintos, se internó durante 18 días en un hospital siquiátrico, donde estuvo conviviendo directamente con enfermos mentales que sirvieron de inspiración para algunos de sus personajes en la obra.

Esta influencia inspiró la dedicatoria del libro, que reza así: “Los renglones torcidos de Dios son, en verdad, muy torcidos. Unos hombres y mujeres, tenaces y hasta heroicos, pretenden enderezarlos. A veces lo consiguen. La profunda admiración que me produjo su labor durante mi estadía voluntaria en el hospital siquiátrico acreció la gratitud y el respeto que siempre experimenté por la clase médica. De ahí que dedique estas páginas a los médicos, a los enfermeros y enfermeras, a los vigilantes, cuidadores y demás profesionales que emplean sus vidas en el noble, esforzado servicio de los más desventurados errores de la naturaleza”.

Para 1983, en locaciones de Cuautla, Oaxtepec y Yautepec se realizó la cinta con el mismo nombre que dirigió Tulio Demicheli, teniendo como protagonistas a la entonces guapa y mala actriz Lucía Méndez, Gonzalo Vega, Manuel Ojeda y Alejandro Camacho, y la extraordinaria (jajaja) actuación de Abraham Méndez. El mismísimo Torcuato ayudó con el guion. La cinta, que resulta vieja y desarticulada, se encuentra en YouTube.

Hay otra versión de este año, española, del director y guionista Oriol Paulo, ambientada en el año en que fue escrita (1979) y bastante buena, con las actuaciones de Bárbara Lennie y Eduard Fernández. Es mucho mejor y con un montaje paralelo que nos va mostrando por qué Alicia Gould llega al hospital; con varios giros de tuerca, muy buena ambientación, actuación, música y edición, que hacen de esta cinta un buen thriller para ver en este periodo de vacaciones.

Cabe destacar que en las dos cintas los enfermos mentales resultan hasta cierto punto grotescos y hay una frase que se maneja en las dos películas sobre los renglones torcidos, donde se cuestiona a la religión y el quehacer de Dios en estos temas.

Todas las obras (el libro y las películas) hablan de los males que les ocurren a enfermos mentales desde una óptica diferente. Impensable perderse de leerlo, pero si no lo quieren hacer ya está en la plataforma de Netflix.

La Castañeda

El manicomio que fuera el más grande del país, construido bajo el régimen de Porfirio Díaz en lo que fuera una hacienda pulquera del mismo nombre en el antiguo pueblo de Mixcoac, donde hoy está la unidad de Lomas de Plateros, fue cerrado definitivamente por el gobierno en 1968.

Lo que nunca quedó claro fue por qué lo cerraron. La historia no oficial cuenta que un policía entró a hurtadillas al siquiátrico haciéndose pasar por un paciente; él descubrió que ahí los encargados durante más de seis décadas abusaban de los enfermos dándoles baños de agua fría, electroshocks y violaciones, sobre todo a las mujeres. Había condiciones insalubres.

Después de permanecer una semana encerrado el policía logró escaparse y hablar con el aquel entonces regente del DF, Alfonso Corona del Rosal. Al principio el funcionario no le creyó, pero acabaron investigando y dándole la razón al oficial, a quien por poco le aplican unos toques en los tompiates. El lugar fue cerrado.

El policía que realizó la investigación no era otro que el papá de Tristán Carnales, que registró el acontecimiento como uno de sus mejores logros en la corporación, salvando la vida de muchas personas.