Parece que la luna de miel ya terminó. Miguel Ángel Mancera, que fue electo en 2012 con 63% de la votación como jefe de Gobierno del Distrito Federal y que ha mantenido tasas de aprobación superiores a 50% pese a los conflictos de la ciudad, ha empezado a sufrir un golpeteo de los medios de comunicación: periódicos, revistas y emisiones de radio y televisión —incluso los considerados de izquierda— han mostrado una actitud crítica ante un supuesto incremento de la criminalidad.
Varios acontecimientos puntuales han generado esta percepción. Quizá los más importantes fueron el levantamiento, el 26 de mayo, de al parecer doce jóvenes provenientes del barrio de Tepito en un bar llamado Heaven en la Zona Rosa, y la ejecución, el 6 de junio, de cuatro jóvenes en un gimnasio de la colonia Morelos.
La intensa cobertura de los medios ha generado una percepción, promovida abiertamente por algunos comentaristas y editorialistas, de que el Distrito Federal vive una crisis de inseguridad.
Distancias
La información estadística disponible, sin embargo, no señala un agravamiento de la inseguridad. Claro que hay hechos de violencia. En los cinco primeros meses de 2013 se registraron 336 homicidios dolosos. Pero aunque es un incremento de 20 sobre los 316 de enero-mayo de 2012, la tasa se mantiene en alrededor de 2.2 diarios.
¿Es mucho o poco? Es la misma tasa que llevó en el pasado a sostener que la Ciudad de México era una de las más seguras del país. De hecho, según la información que el INEGI publica para toda la República, el número de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes fue en el Distrito Federal de doce en 2011. Es una cifra baja para nuestro país, que registró ese año 24 homicidios por cada 100 mil habitantes. La peor entidad fue Chihuahua, con 136, seguida por Sinaloa y Guerrero, con 71.
La Ciudad de México dista de encontrarse en los peores lugares. Tampoco se acerca, sin embargo, al desempeño de Yucatán y de Chiapas, que con tres y cuatro homicidios por cada 100 mil habitantes en 2011 fueron las entidades más seguras del país.
Lo anterior no significa que la Ciudad de México no tenga problemas de seguridad. Los funcionarios del gobierno capitalino han mantenido que no hay delincuencia organizada en el Distrito Federal. Todo depende, sin embargo, de cómo se defina esta. Claramente hay en la urbe venta de enervantes que realizan grupos organizados. El Consejo Ciudadano de Seguridad Pública apunta que de los 336 homicidios de enero a mayo de 2013, 30% tuvo como móvil la venganza y 40% una riña. El DF no puede quedar aislado de la violencia generada por la guerra contra los estupefacientes.
Pero de ahí a afirmar que se ha registrado un súbito ascenso de la violencia hay una enorme distancia. El Distrito Federal sigue siendo una entidad relativamente segura en un país de gran violencia. La situación, si acaso, se encuentra estable, independientemente de las opiniones que ofrezca la comentocracia nacional.