¿NO PAGA EL PUEBLO?

Ningún sistema de salud es gratuito.

Sergio Sarmiento
Columnas
Foto: Especial
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Frente a una situación de desabasto de medicamentos y deterioro en la calidad de los servicios de la salud, que no empezó en este gobierno pero que sí se ha acentuado, el presidente ha hecho de la gratuidad de la salud uno de los objetivos de su administración.

Este 4 de febrero anunció que el gobierno aportaría cuatro mil 484 millones de pesos a los institutos de salud, que tradicionalmente han cobrado cuotas de recuperación a los pacientes ante la insuficiencia de sus presupuestos gubernamentales: “Eso ya no lo va a pagar el pueblo”, dijo. Al escuchar esas palabras, sin embargo, pensé: ¿quién cree el presidente que aporta los recursos del gobierno?

Al final de cuentas todo el dinero del gobierno proviene del pueblo. Somos los mexicanos quienes damos al gobierno el dinero que le permite cubrir el gasto público. Cuando el gobierno aporta cuatro mil 484 millones de pesos a los institutos de salud eso lo está pagando directamente el pueblo de México, no los funcionarios que gustan de hacer caravanas con sombrero ajeno. El gobierno no tiene más dinero que el que le da el pueblo.

La verdad es que no hay nada gratis en el mundo. Lo único que cambia es la forma de pagar. Los servicios de salud son caros en México y en cualquier lugar del orbe. Dinamarca, que el presidente ha puesto como ejemplo del sistema de salud al que debemos aspirar los mexicanos, gasta 10.4% de su Producto Interno Bruto en servicios de salud, 84% del cual se financia con recursos de los impuestos y el resto con seguros privados. En México el gasto en salud es de 4.2% del PIB, según la OCDE, pero el sector público solo cubre 60 por ciento.

La salud no es gratuita ni en México ni en ningún lugar del mundo. Lo que debemos preguntarnos como sociedad es si el costo lo deben pagar los usuarios de los servicios o los contribuyentes, si se paga por adelantado, con una prima de seguro, o en el momento en que se proporcionan los servicios. Al final, sin embargo, siempre pagará el pueblo.

Responsabilidad

El Seguro Popular, desechado por López Obrador, había encontrado una forma de financiamiento razonable para expandir los servicios de salud a la población con menos recursos. Era un seguro disponible para quienes no tenían seguridad social en instituciones tradicionales, como el IMSS y el ISSSTE. En el Seguro Popular se pagaba una prima reducida, que se condonaba a quienes no tenían recursos ni siquiera para eso. El gobierno eliminó el sistema sin tener todavía su propio esquema, el Insabi, listo para operar. Ha insistido en que este se caracteriza por la gratuidad, pero no ha otorgado a las instituciones de salud los recursos para cumplir con esta promesa.

Hay muchas formas de financiar los servicios de salud. Tiene sentido dedicar una porción de los impuestos a pagar un sistema que otorgue cuidados y medicamentos a todos sin importar sus ingresos. Así lo hacen varios países del mundo. Santiago Levy propuso, de hecho, cobrar IVA a alimentos y medicinas y etiquetar este recurso directamente a proporcionar un servicio de salud universal. Es posible que este sea el sistema más justo.

Lo que no podemos hacer es diseñar un sistema que otorgue servicios de salud y medicamentos sin cobro a todo el mundo y no dotarlo de los ingresos necesarios para cumplir con la responsabilidad. Ningún sistema de salud es gratuito. Hay que encontrar la mejor y más justa manera de financiarlo. Pero sin duda hay que pagar.