LA TRIUNFADORA INESPERADA

“El voto para la presidencia de la SCJN lo realizan los propios ministros”.

Sergio Sarmiento
Columnas
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Pocas veces se presta atención fuera de los círculos del Poder Judicial a las votaciones para elegir a un nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Este año, sin embargo, la decisión fue objeto de una lucha intensa y pública, que al final se saldó con el triunfo de una candidata que en un principio no aparecía en las listas de favoritos.

Si bien nunca lo reconoció abiertamente, el presidente López Obrador apoyó la candidatura de la ministra Yasmín Esquivel. No sorprende. Esquivel no solo es esposa de José María Rioboó, su constructor favorito desde la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, sino que debe una buena parte de su carrera judicial, y su misma designación como ministra de la SCJN, a AMLO. Además, es la ministra, junto con Loretta Ortiz Ahlf, que más ha votado a favor de las posiciones del gobierno en el actual sexenio.

Esto es importante porque el presidente se ha quejado en varias ocasiones de las veces que los otros ministros que ha nombrado, Margarita Ríos Farjat y Juan Luis González Alcántara Carrancá, han votado contra sus posiciones. El presidente está convencido de que, si nombra a un ministro, este tiene que votar por las posiciones de su gobierno.

Desde su tribuna en las conferencias de prensa mañaneras López Obrador se concentró en atacar al ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien antes de ser ministro, como Ríos Farjat, fue jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Lo acusó de ser el ministro más rico y de haber sido cómplice en condonaciones de impuestos a empresas en gobiernos anteriores.

Revelación

El voto para la presidencia de la SCJN lo realizan los propios ministros. Es difícil saber si de cualquier manera habrían aceptado la presión del presidente y votado por Esquivel para ocupar la presidencia. El problema es que el 21 de diciembre de 2022 un artículo del escritor Guillermo Sheridan en el servicio de noticias Latinus reveló que la ministra Esquivel habría plagiado su tesis de licenciatura en 1987. Las muestras de la tesis que exhibió eran virtualmente idénticas que las de otra tesis, de Édgar Ulises Báez Gutiérrez, presentada un año antes.

La ministra Esquivel trató de defenderse de las acusaciones, que dijo eran producto de una conspiración de los “poderes fácticos”, pero al final cada argumento y prueba la hundió más. A pesar de eso obtuvo dos votos en la primera vuelta de la elección para la presidencia de la SCJN el 2 de enero, uno en la segunda y ya ninguno en la tercera.

Se decidió la votación entre Gutiérrez Ortiz Mena, el ministro atacado por el presidente, y Norma Lucía Piña Hernández, una discreta ministra de carrera judicial quien finalmente se levantó triunfadora con seis votos contra cinco. De inmediato Piña se mostró conciliadora y afirmó que su victoria era el resultado de un trabajo conjunto de todos los ministros de la SCJN.

Pocos esperaban el triunfo de Piña, en buena medida porque siempre ha sido una ministra de bajo perfil. Otra razón, sin embargo, es que ha sido la ministra más liberal y la que más se ha opuesto a las propuestas de López Obrador.

Uno habría podido esperar una reacción de enojo y confrontación del presidente, quien ha llamado traidores a la patria y corruptos a quienes se han opuesto a sus decisiones en el pasado. Pero no: presentó el triunfo de la ministra Piña como una prueba de la separación de poderes en su gobierno. Contra quien sí se lanzó con furia, sin embargo, fue contra Sheridan, a quien acusó de corrupto, sin presentar pruebas y sin nunca desmentir la revelación de que la tesis de la ministra Esquivel habría sido plagiada.