LIBERTAD PARA ELEGIR

“El nearshoring en México es interesante para muchas empresas”.

Sergio Sarmiento
Columnas
#tesla

La decisión de Elon Musk de hacer en México la inversión para su nueva planta de vehículos eléctricos es muy importante. No son nada más los cinco mil millones de dólares de la instalación inicial: esta puede convertirse en semilla de muchas otras, conforme el proyecto madure. La experiencia nos dice que estas plantas van generando inversiones adicionales de proveedores que necesitan estar cerca de ellas.

Esta es una de las razones por las que la planta tenía que ubicarse en un lugar adecuado, no solo para hoy, sino para el futuro. La amenaza reiterada del presidente López Obrador de vetar la instalación en Nuevo León solo podía haber provocado la cancelación de toda la inversión. Afortunadamente, AMLO estuvo dispuesto a ceder.

México debería estar viviendo hoy un momento de auge en inversión productiva, pero no está ocurriendo; la inversión fija está muy por debajo de la que teníamos antes de este gobierno. Las diferencias políticas entre Estados Unidos y China generan problemas en la relación comercial entre estas dos economías, la una y la dos del mundo, y oportunidades de inversión para México. Las empresas internacionales que fabrican productos en China para exportación sufren nuevos aranceles y barreras, pero sobre todo incertidumbre. Saben cuáles son las reglas de hoy, pero no las del futuro.

Una compañía como Apple, que tiene la mayor parte de su producción en China, enfrenta enormes dificultades para extraer de ese país toda su cadena de proveedores, ya que esta opera con una interacción constante. Ese sistema productivo es el que generará la planta de Tesla en Santa Catarina, Nuevo León. Por eso el nearshoring en México es una opción tan interesante para muchas empresas, siempre y cuando no se les quite la libertad de tomar sus propias decisiones.

Fundamentos

Musk tuvo la fuerza para exigir al presidente López Obrador esa libertad para elegir la ubicación de la planta. El presidente quería mandarla, por razones políticas, a las inmediaciones del AIFA o al sureste del país. La instalación, sin embargo, habría sido mucho menos productiva en lugares tan lejanos de la frontera, y en especial de la planta de Tesla en Austin, Texas, con la que estará colaborando estrechamente. Esto, sin embargo, no lo entiende un presidente que nunca ha trabajado en una empresa y que en sus proyectos de inversión pública nunca se ha molestado en hacer estudios previos de factibilidad.

La decisión demuestra nuevamente el error de la cancelación de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali en 2020 después de una inversión de mil 400 millones de dólares. El presidente pidió que se reubicara en Tabasco, aunque después aceptó que fuera en Veracruz. La compañía aceptó, porque solo tiene derechos para exportar cerveza hecha en México a Estados Unidos; no podía darse el lujo de irse a otro país.

Aun así, compró un predio en Veracruz, pero no ha desmantelado lo construido en Mexicali, ni ha puesto el primer ladrillo en Veracruz. Simplemente ha incrementado su producción en Coahuila y Sonora en espera, quizá, de un gobierno más sensato.

La libertad de elegir es uno de los principales fundamentos de una economía libre. Un gobierno puede poner reglas generales previas para todos; pero el gobernante no puede personalmente definir qué inversiones se deben hacer y en dónde. Las economías modernas no pueden estar sometidas al capricho de una sola persona.