LIBERTADES AÉREAS

“Una mayor apertura significaría menores precios”.

Sergio Sarmiento
Columnas
Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA)

El presidente López Obrador tiene a veces ideas sorprendentemente liberales. Este pasado 17 de octubre, por ejemplo, anunció en su mañanera que estaba considerando otorgar lo que en aviación se conoce como la “octava” o incluso la “novena libertad”.

El mandatario no usó los términos técnicos, pero aportó ideas para lograr el “despegue” del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Dijo: “No descartamos también, nada más que eso hasta lo último, que se abra la posibilidad para que líneas extranjeras puedan dar servicio, siempre y cuando ayude a reducir los costos, porque si no hay competencia un boleto al interior del país a veces cuesta más que un boleto al extranjero. Es porque falta más competencia”.

Tiene razón. La falta de competencia es una de las razones para que los pasajes aéreos en México sean tan caros. Cualquier medida que abra el mercado beneficiará a los viajeros.

La octava libertad se define como el derecho del operador de un país para realizar actividades de aviación comercial en el interior de otro; son operaciones de cabotaje, aunque en vuelos que se originen en la nación del operador. Un ejemplo sería un vuelo de Volaris o Aeroméxico que saliera con pasajeros de la Ciudad de México y recogiera también pasaje en Houston para llevar a todos finalmente a Chicago. Hay también una novena libertad, el derecho de un operador de un país para realizar operaciones completas en el territorio de otro.

Beneficios

Estas libertades son extraordinariamente raras, ya que casi todos los gobiernos protegen a sus aerolíneas. Algunos países pequeños, como Micronesia, dan este permiso a terceros para lograr un servicio aéreo entre sus islas que de otra forma no se conseguiría. Australia y Nueva Zelanda otorgan estas libertades de manera recíproca. Los países de la Unión Europea firmaron un acuerdo que convierte todo el territorio de la organización en una sola unidad; esta es una de las razones por las que los precios de los pasajes en Europa son tan bajos.

La apertura aérea tiene beneficios indudables. Durante décadas México mantuvo que solo debían autorizarse rutas a aerolíneas internacionales en el número y desde el lugar en que se otorgaran derechos recíprocos a las nacionales. Con la apertura de la economía mexicana, sin embargo, se abrió el mercado de aviación, lo que permitió multiplicar el número de vuelos de otros países y generar un enorme impulso a la industria turística de nuestro país.

Las aerolíneas mexicanas cuestionarían una apertura unilateral que autorizara, por ejemplo, rutas del AIFA a Cancún a firmas extranjeras sin permitirles también a ellas esas operaciones de cabotaje en los países de origen de tales competidoras. Pero el presidente tiene razón. Una mayor apertura significaría menores precios. También llevaría a una mayor actividad turística que nos beneficiaría a todos.

Esta apertura debe considerarse. Pueden buscarse libertades iguales para las aerolíneas mexicanas en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, pero nos sería beneficioso aplicar la medida incluso si no se lograra esta reciprocidad.

Otras medidas, sin embargo, también impulsarían una mayor actividad aérea. La más importante sería recuperar la categoría 1 en la clasificación de Estados Unidos. Esto nos permitiría ampliar de inmediato los vuelos entre los dos países. Pero para eso necesitamos tener funcionarios capaces en las instituciones de aviación civil.