NO SON LAS ARMAS

“Las posibilidades de castigo en México son muy pequeñas”.

Sergio Sarmiento
Columnas
NO SON LAS ARMAS

México tiene un grave problema de violencia. En 2021 se registraron 35 mil 625 homicidios dolosos en el país, según el INEGI. Son 28 por cada 100 mil habitantes. Es una de las cifras más altas del mundo.

Si bien estamos lejos de El Salvador, que en 2019 tuvo 48.7 homicidios por cada 100 mil personas, o de Venezuela con 39, nos encontramos muy arriba de nuestro vecino del norte, Estados Unidos, que registró en 2019 una cifra de 5.4. Los países de Europa occidental tienen tasas mucho menores. La de España, por ejemplo, es de 0.7 y la de Suiza de 0.6 (Our World in Data).

La violencia en México tiene, sin duda, muchas causas. La guerra contra las drogas en EU, retomada en nuestro país sin mucha inteligencia, ayudó a elevar de manera muy importante las muertes por agresiones. Sin embargo, el alto nivel de impunidad de casi cualquier delito, pero especialmente en el caso de los homicidios, parece haber sido un factor más importante para promover esta violencia.

Los políticos, no obstante, se resisten siempre a asumir sus propias responsabilidades: prefieren culpar a alguien más. Esto lo vemos en las declaraciones del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien argumenta que EU es el verdadero responsable de la violencia en México por su política de libertad en la venta y posesión de armas de fuego.

Ebrard demandó en tribunales civiles a los fabricantes de armas estadunidenses culpándolos de la violencia en nuestro país. La primera acción la presentó el 4 de agosto de 2021 en el estado de Massachusetts contra los principales productores de armas de la Unión Americana, pero fue desechada el 30 de septiembre de 2022. En octubre promovió una nueva demanda, ahora en Arizona, contra algunas tiendas que venden armas en ese estado fronterizo, pero todavía no hay una decisión en este segundo caso.

Impunidad

“Solo si reducimos la disponibilidad de armas en México disminuiremos también la violencia que padecemos”, declaró el canciller luego de presentar la demanda de Arizona.

En una conferencia internacional en la Secretaría de Relaciones Exteriores denominada El negocio de la letalidad: el tráfico de armas a México, el 3 de noviembre, añadió: “Todo nuestro país tiene una pandemia de armas con diferentes grados de intensidad. Lo esencial es el control de tráfico de armas hacia nuestro país. No se puede reducir la violencia con el volumen actual que tenemos de tráfico de armas”.

Pero yo tengo otros datos. A pesar de que en EU las armas son legales y en México están prohibidas, nuestro país tiene una tasa de homicidios casi seis veces mayor a la estadunidense. Suiza es la nación de Europa occidental con mayor libertad en la venta y posesión de armas, pero registra una tasa minúscula de homicidios. De hecho, una gran cantidad de familias suizas cuenta con armas porque los miembros de la milicia suiza las mantienen en casa.

No, la prohibición de las armas en México, producto de una enmienda constitucional ordenada por Luis Echeverría en 1971, no ha hecho que México sea un país menos violento. La verdadera causa de la violencia no parecen ser las armas, sino la impunidad. En 2012 se registraron cuatro mil 662 condenas por homicidio en nuestro país. En 2021 la cifra había caído a mil 31. Si tenemos 35 mil homicidios al año, las posibilidades de castigo en México son muy pequeñas. Y la impunidad, como sabemos, es el mayor incentivo para delinquir.