Saúl Canelo Álvarez cayó apenas por segunda vez en su carrera. Su rostro lastimado como pocas veces sobre el ring del T-Mobile Arena de Las Vegas fue la postal que dejó su caída ante el ruso Dmitrii Bivol, quien mantuvo su invicto y su título semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Sin embargo, el pugilista mexicano dio un letal golpe a su mayor rival en su carrera: la credibilidad.
Formado bajo el modelo “Floyd Mayweather”, la carrera de Saúl ha sido quirúrgicamente cuidada, calculando matemáticamente los retos, monetizando a los rivales y, en varios momentos, dejando en segundo término las peleas peligrosas.
Entiéndase esto último como el no enfrentar a los grandes rivales en su mejor momento.
Desde su pelea ante Mayweather en 2013 Canelo no tomaba un reto boxístico de alto calibre como Bivol. Un monarca invicto, de la misma edad, con mayor peso, mayor alcance y un estilo bastante técnico. Un campeón calado, de poco renombre pero altamente peligroso, como finalmente lo fue.
En el historial del mexicano están las victorias sobre grandes nombres, como los de Miguel Cotto, Gennady Golovkin, Sergey Kovalev o Erislandy Lara, entre otros. Pero a ninguno lo agarró en su momento cumbre. Una situación contraria que sí hizo con Floyd, una derrota que finalmente lo impulsó a alcanzar su mejor nivel boxístico. Uno que lo ha llevado a ganar 13 títulos mundiales en cuatro divisiones distintas, además de convertirse en el único campeón unificado de los supermedianos en la historia.
Ante el boxeador ruso, en su pelea realizada el 7 de mayo, Álvarez encontró un adversario de 175 libras natural, que supo manejar la media distancia, aprovechó su mayor alcance y aguantó las combinaciones del mexicano. Las estadísticas ofrecidas por Compubox son contundentes: logró conectar 106 golpes de poder contra 74 del mexicano. De hecho, acumuló 152 golpes contra 84.
Gancho al hígado
Saúl ya había incursionado en la división de los semicompletos cuando enfrentó a Kovalev, a quien le arrebató su corona de la Organización Mundial de Boxeo. Sin embargo, fue un adversario que venía de fuertes batallas ante Eider Álvarez y a sus 36 años.
Los planes parecían buscar que esta reciente batalla fuera la antesala del esperado tercer combate ante Gennady Golovkin. Pero ahora una revancha ante Bivol puede ser una opción más viable, sobre todo cuando el boxeador ruso dejó abierta la posibilidad de aceptar el reto de bajar a la división del Canelo, las 168 libras; o por lo menos en un peso pactado.
Más allá del camino que tome el campeón mexicano para su próxima aparición al encordado, fue bien recibido entre la afición boxística ver al tapatío tomar grandes retos, sin importar que se encuentre con la derrota en el camino.
Perder es normal en el boxeo. Y si bien en el negocio del pugilismo de paga eres tan bueno como tu última pelea, esta derrota le ayuda a ganar credibilidad para mostrarse más allá de un producto boxístico bien cuidado. El revés lo muestra como un deportista buscando trascender en su disciplina. Certero gancho al hígado a varias victorias ante rivales “a modo”.