EU-MÉXICO: VECINDAD POR CONVENIENCIA

Llegar a acuerdos en materia económica, de seguridad, migración y diplomática no es servilismo.

Víctor Sánchez Baños
Columnas
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Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos.

Alberto Moravia (1907-1990)

Compartimos con Estados Unidos tres mil 169 kilómetros de frontera. Más allá del río Bravo viven 17 millones de mexicanos nacidos en nuestras tierras. Somos socios comerciales interdependientes. Hemos vivido infinidad de conflictos políticos, económicos, sociales, armados y de toda índole. Por ello es fundamental mantener relaciones cordiales con los vecinos. Realmente, a diferencia de la tesis del periodista estadunidense Alan Riding, no somos “vecinos distantes”; por el contrario: interdependientes. La Unión Americana y México tienen una dependencia que se fortaleció a partir del establecimiento del primer Tratado de Libre Comercio en 1994. Antes muchos de los políticos de EU veían al país como el patio trasero, con escandalosos vecinos que constantemente se colaban a su territorio. Hoy las cosas son diferentes. El comercio entre ambas naciones supera con creces los 336 mil millones de dólares. Tan solo ellos nos venden 203 mil millones de dólares en mercancías. Pero les vendemos 134 mil millones de dólares, pese a que esas ventas cayeron 22.5% a tasas anuales en este 2020. A nosotros nos conviene tener un socio como vecino y llevar la fiesta en paz. Sin embargo llegar a acuerdos en materia económica, de seguridad, migración y diplomática no es servilismo: es estar a la misma altura, de tú a tú.

Previsiones

El mensaje que envió el presidente electo de EU, Joe Biden, a Andrés Manuel López Obrador es puntual en sus intereses: seguridad y migración. Para AMLO la configuración de los intereses mexicanos se enfoca a la economía y el respeto de los derechos de los mexicanos que trabajan allende las fronteras. En los mensajes de ambos mandatarios queda claro. La suerte de las relaciones es pragmática: sin pasiones políticas o electorales. Pragmatismo sin inclinaciones ideológicas. Todo lo demás es alegoría política.

La pandemia de Covid-19 ahora causa el encarecimiento de los alimentos. El nivel inflacionario se ve que crecerá en términos reales o subyacentes. La inflación subyacente (en inglés, core inflation) es un indicador que muestra la variabilidad de los precios de consumo a corto plazo, más precisa que la inflación general o convencional. Se trata de los productos que no figuran en la llamada canasta básica y que muchas veces no están al alcance de la gran mayoría de los mexicanos. El consumo de carne, leche, pollo, pescado y otras proteínas están más que lejos de formar parte de la dieta de muchos millones de compatriotas. Ahora, con la pandemia, tras meses de tumbos en el manejo de la salud la economía pinta a ser desastrosa para principios del año próximo.

Dinero Tamaulipas anunció inversiones por tres mil 300 millones de dólares en explotación y exploración de hidrocarburos. Aunque la inversión poco derramará a la entidad es muy claro que mucho se queda. Debe generar bienestar a los tamaulipecos.

Las remesas a México desde Estados Unidos tuvieron un auge en medio de la recesión económica provocada por la pandemia y a pesar de la política migratoria de Donald Trump, con aumentos de más de 100% en una cuarta parte de los municipios del país, al acumular entre enero y septiembre de este año un total de 626.9 millones de dólares, de acuerdo con cifras del Banco de México. Dicho incremento al doble se registró en 598 de los dos mil 467 municipios en que se divide el territorio nacional respecto del mismo periodo de 2019. De dichos municipios, dos terceras partes se ubican en los estados con mayor rezago social, de acuerdo con las mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Responsabilidad Social Corporativa Citibanamex convoca, por 68 años consecutivos, a economistas, investigadores y estudiantes de licenciatura de esta especialidad a participar con el Premio de Economía 2020, cuyos análisis y tesis aporten propuestas de solución a los problemas económicos de México. El premio creado en 1951 se ha entregado a más de 500 estudiantes de Economía y a profesionales que en su actividad laboral destacan como economistas en la docencia, la investigación, la gestión del servicio público o en la empresa privada. Los temas analizados en las siete décadas del premio están en sintonía con la evolución económica del país. En los primeros diez años las investigaciones galardonadas con el primer lugar se centraron en la industria petrolera, la industrialización del país y la industria de energía eléctrica, entre otros.