El dilema de las obras de arte creadas por IA

Se plantean preocupaciones sobre la propensión de las herramientas de IA a amplificar la desinformación.

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Foto: AP
Redacción
Cultura
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Los sistemas de Inteligencia Artificial —mejor conocida como IA—, hoy en día tienen la capacidad de “inspirasrse” para crear obras de arte al estilo van Gogh, por ejemplo, ya que se entrenan con una vasta colección de obras de arte digitalizadas para crear imágenes nuevas en segundos desde una app para celular.

Las imágenes generadas por herramientas como DALL-E, Midjourney y Stable Diffusion pueden llegar a lucir extrañas e incluso de otro mundo, pero también pueden ser más realistas y originales: podría indicar “crear el fin del mundo al estilo de Van Gogh” y luego de unos segundos generará la imagen que se le ha ordenado.

Mientras los grandes pintores que murieron hace mucho tiempo y sus legados que permanecen entre la humanidad, algunos artistas y fotógrafos han comenzado a protestar contra las empresas de software de IA que crean imágenes derivadas de sus obras.

Dos nuevas demandas, una de ellas esta semana de Getty Images, apuntan hacia servicios de generación de imágenes populares, ya que supuestamente copian y procesan millones de imágenes protegidas por derechos de autor sin contar con el permiso legal.

Getty dijo que ha entablado procedimientos judiciales en el Tribunal Superior de Justicia de Londres contra Stability AI (Stable Diffusion), acusándola de infringir los derechos de propiedad intelectual con intereses comerciales de la startup con sede en Londres.

En San Francisco se dio otra demanda presentada el viernes en un tribunal federal, donde se describe a los generadores de imágenes con IA como “herramientas de collage del siglo XXI que violan los derechos de millones de artistas”. La demanda, presentada por tres artistas en nombre del gremio, también nombran a Stability AI como demandado, junto con la startup generadora de imágenes Midjourney, con sede en San Francisco, y la galería en línea DeviantArt.

De acuerdo con la demanda, las imágenes generadas por IA “compiten en el mercado con las imágenes originales. Hasta ahora, cuando un comprador busca una imagen nueva ‘al estilo’ de un artista determinado, debe pagar para encargar o licenciar una imagen original de ese artista”.

Las empresas que brindan servicios de generación de imágenes suelen cobrar una tarifa a los usuarios. Después de una prueba gratuita de Midjourney a través de la app Discord, los usuarios deberán pagar una suscripción que comienza en 10 dólares mensuales y puede llegar los 600 dólares por año para membresías corporativas. La startup OpenAI también cobra por el uso de DALL-E, su generador de imágenes, mientras que StabilityAI ofrece un servicio de pago llamado DreamStudio.

Stability AI respondió mediante un comunicado que “Cualquiera que crea que esto no es uso justo no comprende la tecnología y malinterpreta la ley”.

Las disputas de derechos de autor marcan el comienzo de una era contra una nueva generación de herramientas impresionantes —algunas de ellas presentadas apenas el año pasado— que pueden generar imágenes nuevas, texto comprensible y algoritmo a pedido.

También se plantean preocupaciones sobre la propensión de las herramientas de IA a amplificar la desinformación o causar otros daños. Para los generadores de imágenes con IA, esto incluye la creación de imágenes con temática sexual no consensuadas.

Algunos sistemas producen imágenes fotorrealistas imposibles de rastrear, lo que dificulta distinguir entre lo que es real y lo artificial. Aunque la mayoría cuentan con bloqueo de contenido ofensivo o dañino, los expertos dicen que aún son insuficientes y temen que sea sólo cuestión de tiempo para que las personas utilicen estas herramientas para difundir desinformación y erosionar aún más la confianza pública.

“Una vez que perdemos la capacidad de diferenciar qué es real y qué es falso, todo se volverá falso de repente, porque pierdes la confianza en cualquier cosa y en todo”, advierte Wael Abd-Almageed, profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad del Sur de California.