ENRIQUE GONZÁLEZ PEDRERO: POLÍTICO, INTELECTUAL Y MAESTRO

“Sin autoridad moral no hay autoridad alguna”.

Hector González
Cultura
CIUDAD DE MÉXICO, 25OCTUBRE2017.- Enrique González Pedrero, presentó su nuevo libro País de un solo hombre: el México de Santa Anna Vol III, en la Librería del Fondo de Cultura Económica Rosario Castellanos.
FOTO: TERCERO DÍAZ /CUARTOSCURO.COM
Tercero Díaz/Tercero Díaz

“Me entristece el fallecimiento de don Enrique González Pedrero, exgobernador de Tabasco; un hombre inteligente, conocedor como pocos de la historia de las ideas políticas, gran maestro y amigo”, comentó el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la reciente muerte del intelectual y político tabasqueño.

En su momento a ambos los unieron causas y coincidencias ideológicas. En 1983 González Pedrero propuso como Oficial Mayor de Tabasco al hoy mandatario, quien declinó la oferta. Décadas después, sería el maestro quien se sumaría a la causa de su alumno: en 1995 abandonó el PRI para incorporarse al Partido de la Revolución Democrática, instituto que lo llevó a una diputación. Para 2006 ya era uno de los principales asesores de López Obrador.

Dada su cercanía con el titular del Ejecutivo sorprende el silencio del Fondo de Cultura Económica (FCE), institución de la que Enrique González Pedrero fue director en 1989, y de la Secretaría de Cultura, puesto que el intelectual fue pareja de la escritora Julieta Campos y publicó títulos seminales para entender el pensamiento político mexicano como País de un solo hombre: el México de Santa Anna, Puntos de referencia y La cuerda tensa.

Además, fuentes consultadas por Vértigo manifiestan su preocupación por el destino de la importante colección de arte contemporáneo y prehispánico que construyó la pareja y de la cual se desconoce si hay herederos, porque su hijo Emiliano González Campos murió en mayo de 2021.

Conocedor de su época

Enrique González Pedrero nació en Villahermosa, Tabasco, el 7 de abril de 1930. Fue licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con estudios de Sociología, Economía y Ciencia Política en la Universidad de París; doctor Honoris Causa por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

A partir de 1955 se convirtió en académico de la UNAM. Y de 1965 a 1970 dirigió la Escuela Nacional de Ciencias Políticas, la cual se elevó al rango de Facultad durante su gestión.

Se desempeñó como senador de 1970 a 1976. En este último año fue director general de Corporación Mexicana de Radio y Televisión, Canal 13. De 1977 a 1982 encabezó la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos y presidió la subcomisión editorial de la Comisión Nacional para la Defensa del Español.

Fue electo gobernador de Tabasco de 1983 a 1987. Se le designó embajador de México en España de 1989 a 1991, por lo que el gobierno ibérico le confirió la condecoración de la Orden al Mérito Civil en Grado de Gran Cruz.

“Sin autoridad moral, no hay autoridad alguna”, declaró a Vértigo en junio de 2017.

Amante de la Historia, así con mayúsculas, subrayaba: “Quien no sabe de dónde viene, no sabe a dónde va”. Sabía dar batallas políticas pero huía de cualquier tipo de adoctrinamiento.

La auténtica modestia, no la falsa ni impostada, fue otra de sus virtudes. Su madre, Cándida Rosa Pedrero, maestra normalista, le enseñó a leer y escribir, “pero sobre todo a ser ordenado para las tareas cotidianas, algo esencial para mi vida”, recordó en aquella ocasión. Sabía que uno se debe a sus maestros. “Gracias a ellos opté por ser y no tener”.

El estudio lo llevó a la Facultad de Derecho, donde tomó clase con Manuel Pedrozo, uno de sus pilares. Por su cátedra pasaron Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Víctor Flores Olea y Porfirio Muñoz Ledo. “Cuando comuniqué a don Manuel que había obtenido una beca para ir a estudiar a París, después de felicitarme me dijo: ‘No descuides tus estudios, pero vive París’”. Ahí fue donde conoció a la escritora cubana Julieta Campos, su esposa.

A su regreso alternó la política con la academia. Comenzó a colaborar y traducir para el FCE, era la época de Joaquín Díaz Canedo. Ahí se encontró con otro personaje fundamental, Mario de la Cueva. Durante su militancia en el PRI se hizo amigo de Jesús Reyes Heroles, con quien colaboró en el Seguro Social y Petróleos Mexicanos.

No obstante, uno de sus periodos más entrañables a nivel profesional fue su breve pero constructivo paso por la dirección del Fondo de Cultura Económica. “Después de trabajar en la campaña de Carlos Salinas de Gortari me ofrecieron varias chambas pero preferí la del FCE porque tenía ganas de regresar a mi carrera intelectual, quería volver a los libros y a mi biblioteca. Aparte, me daba la oportunidad de continuar la obra de Daniel Cosío Villegas y Arnaldo Orfila. Y de relacionar a la editorial con América Latina. Realicé un viaje por toda Sudamérica, establecimos vínculos con Brasil. Desgraciadamente estuve poco tiempo, pero ese lapso sirvió para reconectarme con el mundo intelectual”, detalló a este semanario.

En 2017 Enrique González Pedrero recibió el doctorado Honoris Causa por parte del Instituto Nacional de Administración Pública. La ceremonia convocó a amigos y alumnos de distintas ideologías. Todos coincidieron en destacar su vocación para compartir su conocimiento y experiencias. Quizás ahí radique el mayor legado que un ser humano puede heredar.

Entre quienes hoy ocupan el poder no son pocos los que fueron formados y orientados por el tabasqueño. Esperemos no lo olviden y procuren que su herencia para el país no se diluya.