GIORDANO BRUNO Y SUS APORTACIONES REVOLUCIONARIAS

“No solo incidió en su época: sus valores todavía siguen presentes”.

Hector González
Cultura
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“Tienen ustedes más miedo a condenarme que yo a morir”, dijo Giordano Bruno cuando la Santa Inquisición lo condenó a la hoguera en febrero de 1600. Pensador fuera de serie, fue un personaje que influyó a filósofos y científicos como Spinoza, Kepler o Newton, entre muchos otros.

Con el fin de mantener vigente su legado en México en 1992 se creó el Comité Giordano Bruno. A lo largo de tres décadas la institución no solo se ha dedicado a promover el pensamiento del italiano, sino que además ha publicado libros e impulsó la creación de una plaza en su honor, ubicada en las calles de Londres y Roma, en la Colonia Juárez de la Ciudad de México.

“El comité tiene como finalidad promover figuras que ensalzan el espíritu humano. Para nosotros la condición humana es valiosa y tenemos la convicción de que en cada ser humano hay potenciales valiosos”, explica la doctora Lidia Pérez López, presidenta del comité.

Visionario

Partidario del neoplatonismo y de los conocimientos mágicos, Giordano Bruno se enfrentó con los aristotélicos y la Iglesia. Entre su bibliografía destacan textos como La expulsión de la bestia triunfante, De los heroicos fulgores, La cena de las cenizas, Magia y tesis de magia, Arte de la memoria y La sombras de las ideas.

Fue un hombre prolífico y escribió libros de gran valor, detalla Pérez López. “Después de 400 años nos siguen diciendo cosas. Viajó por Europa, inspiró a reyes y políticos. Fue perseguido por la Inquisición. A lo largo de sus viajes desarrolló el arte de la memoria, que en su momento fue muy vanguardista. Consistía en trabajar en la mente modelos imaginativos que permitían acumular información. Hoy es muy común pero en su momento era totalmente revolucionario”.

Entre los planteamientos más provocadores de Giordano Bruno se encuentran los metafísicos, mismos que partían de la idea de la unidad: Dios es uno y también el Universo es uno. No obstante, el Universo se manifiesta en una extraordinaria multiplicidad y variedad de seres y objetos. “Si todo está en el Todo, el Todo está en todas las cosas, en cada una de las partes. De tal modo, no hay parte alguna del Universo, de la creación, que esté carente de la presencia de Dios”, era una de sus grandes tesis. Para él la naturaleza es un gigantesco ser vivo del cual cada ser es parte.

Convencido de que la filosofía faculta al hombre para buscar la verdad, consideraba que si se reformaba la imagen y la concepción del mundo en los hombres sería más fácil y efectiva la reforma moral y de costumbres.

Otra de sus aportaciones revolucionarias está en el campo de la cosmología: entendía, como las antiguas civilizaciones, que el Sol era una expresión de la divinidad. Además difundió en Europa la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico. Refutó también las tradicionales ideas sobre la esfera de las estrellas fijas y por el contrario habló de un Universo infinito, con incontable cantidad de soles y posiblemente de planetas que incluso llegó a insinuar podrían estar habitados.

Producto de una visión crítica hacia las religiones, a las cuales consideraba arbitrarias, dogmáticas y supersticiosas fue capturado por la Inquisición en Venecia en 1952. Tras un juicio de ocho años fue procesado y ejecutado el 17 de febrero de 1600.

Vigencia

Pese a la importancia de Giordano Bruno, Lidia Pérez López reconoce que entre los jóvenes es poco conocido. “Fue alguien tan importante como Leonardo da Vinci. Se atrevió a ir más allá de todo lo convencional. Explicó que la Tierra no era el centro del Universo. En su momento rompió todos los paradigmas. Lo tacharon de loco y hereje”.

Lo define como un hombre que supo trascender el conocimiento y llenar su espíritu de pasión y sabiduría.

Óscar Urrutia, artista plástico y miembro del comité, recuerda que desde su inicio la organización ha tenido la vocación de recuperar los valores del que define como un hombre universal. “No solo incidió en su época: sus valores todavía siguen presentes. A nosotros nos toca recuperar sus enseñanzas científicas y filosóficas”.

El momento que vivimos es idóneo para reflexionar sobre el legado de Giordano Bruno, apunta Urrutia, quien adelanta que a lo largo del año tienen previsto realizar una serie de conferencias en universidades como la UNAM y la Iberoamericana, y en preparatorias. Apunta que dado que su biografía es muy interesante suele ser una figura atractiva para los estudiantes.

Pérez López concluye que hoy, cuando aparentemente estamos abiertos a más conocimiento e información, lo cierto es que todo está muy condicionado. “La mayoría de los seres humanos vemos el mundo de una misma manera y eso limita cualquier posibilidad de cambio. Giordano Bruno tiene mucho que aportarnos ahora. Se volvió una figura emblemática de los seres humanos que durante el Renacimiento percibieron un cambio: eso lo convierte en un símbolo de la libertad de pensamiento”.