MÉXICO REGISTRA YA 36 MONUMENTOS EN LA LISTA DE PATRIMONIO MUNDIAL

“Con su inclusión se reconoce el quehacer indígena en diálogo con el pensamiento europeo”.

Hector González
Cultura
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Construido entre 1525 y 1527, el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado en Tlaxcala, se considera uno de los primeros monasterios del siglo XVI, en las laderas del Popocatépetl, el cual incluye un conjunto de inmuebles que levantaron órdenes dominicas, agustinas y franciscanas.

En reconocimiento a estos atributos el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que sesionó de manera virtual desde la ciudad de Fuzhou, China, aprobó su incorporación a la lista de Patrimonio Mundial.

Durante la reunión se analizaron las candidaturas de inscripción correspondientes a 2021, tanto como aquellas que no pudieron estudiarse en 2020.

En esta ocasión la propuesta del monumento tlaxcalteca fue la única que presentó nuestro país.

La nominación del conjunto franciscano de Tlaxcala se hizo a partir de su valor humano durante un periodo concreto o en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes.

Para la directora de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Luz de Lourdes Herbert, por medio de esta inclusión “se reconoce el propio quehacer indígena en diálogo con el pensamiento europeo, que sobrevive hasta nuestros días a través de estos invaluables monumentos y por consiguiente el espíritu de un lugar excepcional”.

Agrega que esto significa un compromiso para México y Tlaxcala con miras a “diseñar e instrumentar novedosos procesos integrales de conservación y restauración del bien para su permanencia y disfrute de todas las naciones”.

La titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, destaca que la noticia supone “un digno reconocimiento a los valores universales y excepcionales de este bellísimo Conjunto Conventual, cuya arquitectura ilustra importantes etapas de la historia universal. Es motivo de orgullo, pero sobre todo una muestra del compromiso que los distintos órdenes de gobierno y la comunidad tenemos con el patrimonio cultural”.

Tlaxcala fue uno de los primeros monasterios de México y del continente en general. Sumarlo a la Lista de Patrimonio Mundial le hace justicia y lo coloca en una dimensión global, añade la funcionaria.

Joya franciscana

El proceso mediante el cual un espacio alcanza esta categoría implica un trabajo de historiadores, arquitectos, antropólogos y académicos, por lo cual el titular del INAH, Diego Prieto Hernández, considera necesario aquilatarlo: “Con estas acciones México se confirma como un país que cuida, valora, reconoce y difunde su inmenso patrimonio histórico y antropológico que brilla en el mundo”.

Con la aceptación de anexión el monumento se suma a la ruta conocida como Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl, la cual incluye 14 recintos religiosos de valor excepcional: once ubicados en Morelos y tres en Puebla.

Salvo la estructura tlaxcalteca el resto de los inmuebles fueron inscritos en el listado internacional el 17 de diciembre de 1994 para constituir un testimonio del patrón arquitectónico que se concibió para lograr la evangelización de un extenso territorio y que compartía, dentro de sus características principales, el uso de espacios abiertos, como los grandes atrios.

En aquella ocasión la declaratoria incluyó en primera instancia a los conjuntos conventuales de Cuernavaca, Tepoztlán, Totolapan, Tlayacapan, Atlatlahucan, Oaxtepec, Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan y Zacualpan, en Morelos; así como Tochimilco, Calpan y Huejotzingo, en Puebla.

Ahora la UNESCO reconoce al Conjunto Conventual de Nuestra Señora de la Asunción, en Tlaxcala, como un monumento histórico que destaca por sus ornamentos arquitectónicos únicos, como su torre exenta o su alfarje de estilo mudéjar.

Es además el primer monasterio de la orden franciscana edificado en el valle que une a los estados de Tlaxcala y Puebla, coronado al oriente por el volcán Popocatépetl. En este lugar se realizó la primera versión regional de este modelo arquitectónico, que sirvió de ensayo espiritual, político y estético para comenzar la expansión evangelizadora y constructiva hacia el centro y sudeste de México y, posteriormente, hacia los territorios del norte, cubriendo también los flancos desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico.

Los monasterios seleccionados como bien en serie representan un numeroso grupo de edificaciones cuyo modelo posteriormente se recicló y utilizó para la reorganización del paisaje, el manejo de los recursos y la introducción de novedosos elementos socioculturales que dieron origen a un nuevo modelo social.