Ciudad de México, México, 15 de diciembre. Hace ocho años, los biólogos Antonio Lazcano y José Sarukhán inauguraron en El Colegio Nacional un ciclo de conferencias que sirviera como un punto de encuentro para asomarse, con curiosidad y rigor, a preguntas esenciales sobre el origen, la naturaleza y la evolución de la vida. Lo llamaron Los viernes de la evolución.
La lección inaugural, “Origen y evolución de las plantas con flores”, la dictó la bióloga Susana Magallón. Aquella tarde, Lazcano comentó: “Las flores son órganos extraordinariamente espectaculares, y es una fascinación en la cual no solamente los humanos han caído, sino también insectos y otros animales”.
En 2025, para cerrar las actividades anuales de El Colegio Nacional, Antonio Lazcano —miembro de la institución desde 2014— inauguró una exposición que reúne 45 carteles representativos de algunos de los momentos más destacados del ciclo. Aunque la muestra recupera solo una parte del proyecto, éste continúa activo y suma ya 71 sesiones.
“Los viernes de la evolución comenzaron en 2017 como un reconocimiento de que la teoría de la evolución es la teoría central de las ciencias de la vida; no solo de la biología, sino también de la medicina, la veterinaria… de todas esas áreas en las que, inevitablemente, la actividad humana está inscrita”, dijo el biólogo ante el público que buscó refugio de una lluvia inesperada en los pasillos que rodean el Patio de la Fuente de El Colegio Nacional, donde se exhiben los carteles.
Sobre la evolución del propio ciclo, Lazcano confesó que, en otros tiempos, cuando la institución gozaba de mejores condiciones presupuestales, contaron con especialistas extranjeros. Sin embargo, tras los recortes financieros, “nos percatamos de que en México había una enorme cantidad de profesionales de la biología que, en su trabajo cotidiano, tocan prácticamente todos los aspectos de la teoría de la evolución”.
Derivado de lo anterior, tuvieron “la oportunidad de revisar el trabajo de mexicanas y mexicanos que laboran en el ámbito de la teoría de la evolución” y “de celebrar los grandes logros de personajes como Lynn Margulis o Charles Darwin, recorriendo el espectro maravilloso de ideas y de figuras que configuran la historia de una teoría que no está acabada”.
Lazcano hizo un repaso general de la teoría de la evolución. Aclaró que, aunque se suele considerar a Darwin el pionero de esta corriente de pensamiento, él representa en realidad la culminación de un principio previo.
“El primero que habló de evolución fue el filósofo Immanuel Kant, cuando retomó las ideas dispersas sobre el origen del sistema solar y propuso un modelo según el cual una nube de material interestelar se condensó hasta dar origen al Sol y a los planetas”.
A partir de entonces —explicó— ya no fue posible detener el desarrollo del pensamiento evolutivo. Malthus, “a quien mis amigos de izquierda no quieren mucho, pero que en realidad era un cura preocupado por la situación de los pobres”, habló de la evolución de las sociedades y sobre el crecimiento poblacional. Charles Lyell, maestro de geología de Darwin, analizó los cambios en la superficie terrestre. Los físicos, por su parte, comenzaron a estudiar fenómenos como el aumento de la entropía en sistemas que no intercambian materia ni energía con su entorno.
El biólogo, especialista en el origen y la evolución temprana de la vida, agregó que en el siglo XIX se empezó a hablar también de la evolución de las lenguas, de la economía y de las sociedades. Cuando nació Darwin —dijo—, él representó la culminación de una tradición en la que la evolución se había convertido en un eje central de la cultura occidental y, posteriormente, del mundo entero.
Con respecto al pensamiento evolucionista en México, explicó que esta teoría se impulsó en la Reforma. Su principal promotor fue el naturalista Alfonso L. Herrera, —fundador del Jardín Botánico y del Zoológico de Chapultepec— quien “se convirtió, incluso, en un ‘apóstol’ de la teoría de la evolución”, dijo el biólogo.
La teoría de la evolución en la práctica
Dejó de llover. Lazcano, con el cabello cano y revuelto, lamentó frente al micrófono que la teoría de la evolución haya sido utilizada como argumento para defender la idea de razas superiores, “lo cual sabemos que no solo es un ridículo, sino una injusticia”.
Recordó que, incluso en el siglo XXI, hay quienes se niegan a aceptar la evolución; en algunos Estados —señaló— la población sigue viendo con escepticismo esta teoría, sin advertir que ha cambiado profundamente.
Explicó que hoy no solo se habla de selección natural, sino también de genética, simbiosis, interacciones ecológicas y de cómo los organismos se desarrollan a lo largo del tiempo. Sin embargo, acotó, “lo que es un hecho es que la teoría de la evolución nos afecta directamente”.
“Un ejemplo concreto es la pandemia de coronavirus. [La teoría de la evolución] nos permitió a médicos y biólogos interactuar para comprender cómo las mutaciones y los cambios que sufrió un virus le permitieron brincar de una especie de mamíferos a otra, como la nuestra.
Y, sin que esto nos alarme, sabemos que ese conocimiento nos permite tomar precauciones a médicos, biólogos, sociólogos, etcétera, para tratar de prevenir lo que pueda ocurrir en futuras epidemias. En pocas palabras: el universo dinámico en que vivimos está configurado por la teoría de la evolución”.
El tomar la palabra el médico Alberto Aguilar Salinas, presidente en turno de El Colegio Nacional, dijo que el cierre de año siempre tiene una reflexión; sobre todo, dijo es una satisfacción de haber alcanzado algunas metas, muchas o pocas, pero nos mantienen vivos y con el entusiasmo de contribuir con las instituciones que nos hacen ser.
“Es una evolución, un movimiento continuo, las voces de muchas personas con puntos de vista complementarios o, incluso, pero que al final de cuentas la interacción entre ellos genera nuevo conocimiento, nuevas ideas y beneficio para nuestro país. Este año ha sido rico en experiencias para El Colegio Nacional.
Explicó que a lo largo del año se hicieron homenajes a varios miembros preses, activos o fallecidos; y a ideólogos relevantes en el paso del tiempo del conocimiento.

