Ciudad de México, México, 10 de noviembre. Como parte del proyecto de salvamento arqueológico ligado a las obras de construcción del libramiento ferroviario Frente 2 Mérida-Progreso, en Yucatán, como parte de la infraestructura de carga del Tren Maya, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron lo que se identificó como un probable marcador a la entrada de un recinto de reunión, en el ejido de Sierra Papacal.
Se trata de una pieza de piedra caliza labrada a manera de un rostro antropomorfo, que muestra rasgos como órbitas oculares profundas, nariz chata y labios marcados por una hendidura que, a su vez, recalcan la barbilla, los cuales sugieren que se trata de la representación de un “señor anciano”, y que marca un espacio restringido; será trasladada al laboratorio del proyecto para su conservación y análisis.
La escultura, de aproximadamente 0.45 metros de altura, se encontró adosada al lado norte del cimiento de una construcción —de paredes y techos perecederos, con planta ovoidal, de alrededor de 5.8 metros de largo por 4.30 de ancho y 0.60 metros de altura—, el cual posee un doble muro, conformado por rocas calizas careadas, hacia el interior y el exterior, con ancho promedio de un metro.
El acceso al recinto se ubica del lado poniente, lo que sugiere que su dirección cardinal se dispuso privilegiando la luz solar. Cuenta con una entrada de 0.80 metros de ancho, delimitado con dos rocas de gran tamaño, a manera de jambas. En su interior, el área es de 3 metros, en su eje norte-sur, y de 2.5 metros, en el este-oeste. Su muro ancho sugiere la presencia de una banca interior.
La pieza, cuya antigüedad probablemente corresponde al periodo Preclásico (2500 a.C.-200 d.C.), se encontró detrás de la jamba norte, entre el muro ancho, sobresaliendo de dicha banca. Tal ubicación no es casual, sino que se dispuso especialmente como un marcador o recibidor en el acceso al recinto, al cual se guardaba respeto al ingresar, lo que indica que el espacio no funcionó para actividades domésticas.
Asimismo, la excavación de salvamento en la estructura ha permitido observar diversas etapas constructivas y de ocupación, que sugieren cambios en el funcionamiento del conjunto, además de poner en evidencia un desarrollo, a largo plazo, que inició desde el periodo Preclásico, de acuerdo con el material cerámico recuperado en las exploraciones.
Se infiere que la primera etapa constructiva fue una explanada, de 13 metros de largo por 8 metros de ancho, con un eje sur-norte, en la que se identificó una huella de carbón, posiblemente, asociada a la presencia de un fogón en esa área. Contemporáneamente, funcionó el cimiento, donde se encontró la escultura, el cual, probablemente, también corresponde a la misma temporalidad que la pieza.
Las labores de registro y excavación se realizan a lo largo del lado derecho de la vía, al tiempo que se investiga un conjunto que cuenta con, al menos, 15 estructuras, ubicadas a menos de dos kilómetros de los sitios Papacal 1 y San Francisco 1, registrados en el proyecto Costa Maya. Los trabajos están a cargo de los arqueólogos Manuel Pérez Rivas, Susana Echeverría Castillo, Wendy Lorena Pérez Mezquita y David Alejandro Ferman Valor.
La investigación sigue en curso y se nutrirá con datos etnográficos y de otras investigaciones arqueológicas publicadas sobre marcadores en recintos de culto o de reunión, como los incensarios efigie de cerámica que se han reportado en templos del periodo Posclásico (900-1521 d.C.), los cuales constituyen la evidencia de la existencia de recintos rituales o de reunión, desde el Preclásico, donde practicaban actividades de culto o se discutían temas de competencia colectiva.
Este hallazgo contribuirá a sustentar los análisis comparativos para tener una aproximación que ayude a comprender el uso del espacio y de las actividades que se realizaban en estos conjuntos arquitectónicos.

