La Ciudad de México será testigo de un acontecimiento sin precedentes: del 25 de septiembre al 19 de octubre la Capilla Gótica del Instituto Cultural Helénico se convertirá en el epicentro de un ritual futurista con el estreno de EGREGOR, la nueva creación transdisciplinaria del director Santiago Cumplido.
Concebida como una ópera distópica, la obra no solo se presenta como espectáculo, sino como manifiesto sensorial y ritual colectivo.
Su título remite a una entidad no física: egregor, palabra griega que significa vigilar, estar despierto, y que alude a entidades nacidas del inconsciente colectivo. En este montaje esa fuerza se convierte en una presencia voraz que, gestada por la humanidad, amenaza con devorar lo último que nos hace humanos.
El proyecto redefine los límites del arte escénico en nuestro país al fusionar teatro, danza, ópera barroca y recursos tecnológicos de vanguardia. La histórica Capilla Gótica del Helénico —construcción que carga consigo la resonancia simbólica de siglos— se transformará en un vórtice sensorial mediante videomapping interactivo, rayos láser, espejos gigantes, materiales reflectantes y un diseño sonoro cuadrafónico.
La experiencia promete ser total: un universo visual y auditivo que confronta al espectador con su propia vulnerabilidad frente a la tecnología y la Inteligencia Artificial (IA).
Al respecto, Santiago Cumplido asegura que “EGREGOR es un grito poético y sensorial, un manifiesto. Una invocación que nos confronta con lo que estamos creando a través de nuestra dependencia tecnológica. Nuestro olvido. No es solo una obra: es un ritual del porvenir, una ceremonia donde el espectador no observa… descubre que es él el protagonista. Cada función es un acto de resistencia frente a la deshumanización normalizada. Aquí lo efímero y lo sagrado se entrelazan”.
De esta manera, cada función se concibe como un acto de resistencia frente a la deshumanización normalizada, un espacio donde lo efímero y lo sagrado se unen para interpelar al público.
La dramaturgia ubica la acción en un México futurista, un territorio fracturado por el tiempo y por las consecuencias del inconsciente colectivo. Ahí las últimas personas orgánicas se refugian en la última capilla del mundo para resguardar lo que aún los conecta con lo humano.
Experiencia inmersiva
Droides, clones, poshumanos y entidades grises que se entrelazan en un relato arquetípico cargado de símbolos habitan el escenario. La música barroca en vivo —ejecutada con viola de gamba, soprano y violín hindú— convive con sonoridades electrónicas, generando un tejido entre lo ancestral y lo futurista.
Lo anterior da como resultado una atmósfera inmersiva que alterna lo poético con lo inquietante: un espejo que bajo la apariencia de un relato futurista refleja obsesiones y dilemas contemporáneos.
Como señala Cumplido en entrevista con Vértigo, la estética del futuro funciona aquí como una trampa narrativa: “Todo lo estoy poniendo en el futuro porque la estética futurista es muy estimulante, pero en realidad todo lo que sucede en la obra ya está aquí. Es una sátira de algo real que sucede hoy, aquí, ahora”.
EGREGOR reúne a once artistas en escena, conformando un elenco heterogéneo que une disciplinas y geografías. Destaca la participación especial de Vangeline, coreógrafa e intérprete radicada en Nueva York, considerada una de las voces más importantes del butoh japonés contemporáneo.
A ella se suman figuras como la soprano y actriz María Andrea Araujo; la acróbata guatemalteca Caterina Albani; el performer Espartaco Martínez; la actriz Iazua Larios; Dama G, con hologramas y estética cyberpunk; además de bailarines especializados en danza neoclásica, butoh y acrobacia, como Yaroslav Villafuerte, Lorena Magaña, Fana Muñoz y Yan Carlos Ungaav (Cuba).
El diseño de vestuario está a cargo de Andrea Larios, Pamela Plaza y Ana Paula Lancaster, mientras que el diseño lumínico es de Fernando González. La producción ejecutiva recae en Bibiana Mendoza y el videomapping interactivo es obra de Moisés Regla Demaree, de Medusa Lab.
Más allá de la potencia visual, EGREGOR se articula como un discurso cargado de simbolismos. La elección de la Capilla Gótica no es fortuita: para Cumplido ese espacio encarna la memoria de lo sagrado y confrontarlo con una distopía tecnológica intensifica la experiencia.
El director plantea un contraste entre lo divino y lo sintético, donde las últimas dos humanas del relato se aferran a un símbolo: la flor marchita, emblema de la aceptación de la vida, el deterioro y la muerte como parte de lo eterno. Frente a ello, los poshumanos buscan eternidad artificial, atrapados en una ilusión narcisista que rechaza lo divino en la caducidad. “Hay algo sagrado en la vejez, en la arruga, en la enfermedad, incluso en la muerte. Cuando intentamos ser eternos desde la vanidad, estamos desconectados de la fuente, de lo divino y de lo eterno que hay en nosotros”.
EGREGOR se presentará hasta el 19 de octubre con 23 funciones distribuidas de jueves a domingo. Los horarios son los siguientes: jueves, 20:00 horas; viernes, 20:30; sábados y domingos, 18:00 y 19:30 horas.
Además, el sábado 18 y el domingo 19 de octubre se realizarán catas inmersivas exclusivas a las 21:30 horas, una experiencia que expande la propuesta hacia lo gastronómico-performático.
La propuesta se concibe como un movimiento, un espacio de exploración estética y filosófica que conecta lo humano con lo poshumano. Como concluye Cumplido: “Me encantaría que el público salga con una cierta inquietud. No incómodo, pero sí con algo que le resuene. Una poética de la incomodidad. Al final, EGREGOR nos recuerda que lo que más tememos del futuro ya lo estamos viviendo en el presente”.